Lipstick

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Jihyo se deja caer en la cama de Nayeon como si ella estuviera en su propia habitación, en su propia casa.

El color azul claro del cubrecama le recuerda al cielo y encaja bien con como Nayeon es: brillante y pura, de alguna manera siempre siendo infantil a pesar de ser su unnie.

Jihyo suaviza la tela con sus dedos y se pregunta por donde debería comenzar.

Afortunadamente, Nayeon todavía está en la cocina haciendo chocolate caliente, así que la menor tiene un poco más de tiempo para ordenar sus pensamientos.

Acaban de llegar del karaoke, que es casi como un hobby para ellas. Cada vez que la vida parece estar poniéndose dura o estresante, se escaparían juntas y desaparecerían en su propio pequeño mundo de canto, diversión y locura juvenil.

Naturalmente, habían vuelto a exagerar. Siempre escogen las mejores canciones de las grandes divas. Cantarían como si no hubiese mañana y al final, saldrían con voces gruesas y enormes sonrisas.

Es por eso que ahora estaban teniendo chocolate caliente, para aliviar sus gargantas.

Jihyo se acuesta y mira fijamente el techo. Ella todavía  no se  decide entre hablar con Nayeon o no. Tal vez sería mejor dejarlo.

Demasiado alboroto...

Pero otra vez, ella necesita ayuda

Y en ese momento la  mayor entra llevando dos tazas.

– Aquí tienes. – Dice Nayeon y le da una taza a Jihyo quien se sienta para sostenerla. Su taza está cubierta con flores elegantes, mientras que la taza de Nayeon tiene imágenes de algunos personajes de dibujos animados. De alguna manera es apropiado que sea Jihyo la que tiene la taza con un estilo más maduro.

Tan pronto como Jihyo sostiene la taza, ella la levanta a sus labios y le da un sorbo.

– Oh, está caliente. –

– Duh. – Dice Nayeon y sonríe sobre el borde de su taza.

Decidida a no beber por el momento, Jihyo pone la taza en la mesa de noche de Nayeon.

¿Debería hablar ahora?

¿No debería?

Pero otra vez…

– Vas a conseguir arrugas muy rápido si sigues frunciendo el ceño de esa manera – Nayeon la interrumpe de repente. Por supuesto, Jihyo ha olvidado que siempre es una mala idea ser demasiado reflexiva alrededor de Nayeon. Ella trata de cubrirlo tomando la taza y bebiendo, a pesar de estar tan caliente como hace un momento.

Le quema la lengua como si fuera un hierro caliente.

– ¿Qué es?” – Nayeon pregunta, está vez un poco más serio.

Jihyo vuelve a colocar la taza en la mesa de noche, sintiendo que todas las partes de su cuerpo quieren correr, pero ¿dónde podría ir?

– Bueno, um... –  Ella comienza, mirando el piso. Sus palmas están sudando y eso la hace sentir aún más nerviosa

– ¿Sí…? – El mayor la incentiva. Está claramente muy interesada ahora, habiendo abandonado su propio chocolate caliente, inclinándose ligeramente hacia delante como si pudiera oír los pensamientos de Jihyo de esa manera.

– ¿Se trata de... Jinsun? –

A Jihyo se le cae el corazón. Ya no puede escapar de esta situación, sin importar lo que haga. Nayeon no se dará por vencida hasta conseguir lo que quiere.

LipstickWhere stories live. Discover now