David
-¿Que hace el aquí? -Pregunté con enojo, mirando el cuerpo de Isaac tendido sobre el suelo de la celda.
-Pensé que Renata querría estar junto a su mate. -Micael se encogió de hombros -No hagas berrinche y dejala en la celda, te esperaré arriba. -Bufé y asentí, acosté con cuidado a Renata en el piso y encadene su tobillo.
-David. -Escuche un susurro me giré a ver a Isaac, me levanté del suelo y salí de la celda cerrando esta con llave.
P. D. V de Isaac.
Abrí lentamente los ojos, mi vista era borrosa pero poco a poco volvió a la normalidad.
-Maldición, Renata. -Intente levantarme pero todo mi cuerpo estaba adolorido. Suspire y me arrastre hasta quedar a su lado, con mucho esfuerzo logre sentarme, tome su cabeza entre mis manos y la acomode en mi regazo. -Despierta, por favor. -Golpeé despacio su mejilla. Mi pecho ardía, no quería perderla. -Vamos tu puedes. -La sacudi y ella empezó a toser, solté un suspiro de alivio y con mi mano acomodé unos mechones que cubrían su cara, tras su oreja.
-¿Te asustaste? -Su voz salió débil, sonreír -Tranquilo, aun te seguiré molestando. -Reí y la ayudé a sentarse quedando enfrente mío. -¿En donde estamos?
-No lo sé.
Su mirada bajo hasta posarse en sus manos. -Fué David ¿No? -Susurro.
-Lo siento. -Su mano se dirigió hasta su mejilla derecha y borró el pequeño rastro de una lágrima. Por un momento sentí celos, suspire ondo, ahora tengo que pensar en cómo sacarnos de aquí. Abracé a Renata dejando que apoyara su cabeza sobre mi hombro. -Todo estará bién.
En un momento una luz me cegó, cerré fuertemente los ojos y luego los abrí lentamente. Pude visualizar la silueta de un hombre y detras de el la silueta de David, abracé a Renata mas a mí, atento a cada paso que daban.
-Miren la pareja felíz. -Dijo el hombre adelante de David, este último solo bufo. -David toma a Renata, tengo que hablar con ella. -David abrió la celda y se acercó a nosotros
-Alejate -dije dejando con cuidado a Renata a un lado y parandome para ponerme frente a ella. El río y me empujo haciendo que cayera, me quejé, pero luego me levante rapido aunque ya había sido demasiado tarde. David cargaba a Renata cómo costal de papa mientras ella luchaba para zafarse de su agarre pero tanto ella cómo yo estabamos demaciado débiles.
P. D. V de Renata
—¿A donde me llevas? — Golpeé su espalda.
—Eso no te importa. —Su tono de voz era frío, sin sentimientos. Nunca lo había escuchado así.
—¡Confíe en tí! — El se quedó callado y yo suspire ondo, mi cabeza comenzaba a doler.
En un momento me aventó provocando que mi espalda golpeara con el suelo, un gemido de dolor escapó de mis labios. Me miró unos segundos y luego salió de la pequeña habitación.
—¿Cómo estás? —Apoyé mis manos en el suelo tratando de lavantarme. —Ven, te ayudo. — Se acercó a mí pero una especie de gruñido escapo de mi garganda sorprendiendome a mi misma, —El cambio está empezando —Susurro dejando ver una sonrisa macabra en sus labios.
—¿De que hablás? —Logré levantarme.
—De lo que realmente eres, una loba, la elegida por la luna. —Negué con la cabeza.
—Yo soy una cazadora. —El río, y negó levemente con la cabeza.
—Tu eres una loba mitad vampiresa, y tu novio... Isaac, es un cazador. Ustedes dos eran, bueno son mates y murieron.
—Isaac no es mi mate y yo no soy una loba ni el un cazador. —Dije firme, eso era imposible. Es imposible que de una lobo haya pasado a ser una cazadora, es imposible, no lo creeré.
—¿Encerio crees que una cazadora tendría tanta fuerza y velocidad? No, La diosa luna los escogió a ustedes para darles una segunda oportunidad, para que vuelvan a encontrarse y a enamorarse y toda esa cursilería. Sólo faltan unos días para que vuelvan a ser lo que realmente son y en ese momento yo podré aprovechar todo el poder que desprenderan sus cuerpos.
