Clases Particulares

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Después de que tanto los chicos como las chicas se contaran que sucedió esa noche, se dirigieron por separado al gran comedor y como era día de clases cada uno a su mesa.

Ginny se sirvió jugo de calabaza y un muffyn de higo y nuez para desayunar, cuando sintió que le tocaban el hombro. Al voltearse descubrió a Liam, el niño ravenclaw de la otra noche.

-Hola Ginny- dijo Liam algo sonrojado.

-Oh Liam! Que gusto me da verte, ¿cómo has estado?

-Bien, aunque quería preguntarte si me puedes ayudar en algo.

-Claro, dime de que se trata.

-Estoy teniendo problemas para montar en mi escoba.

-Cierto! Había olvidado que a los de primero también les dan clases de vuelo.

-Pues, a mi se me da fatal, la escoba no me hace caso, ni para subir a mi mano, ni cuando estoy sobre ella. Tu juegas quidditch cierto? Podrías ensenarme?

-Si, hay que hacerlo, que horarios tienes libres? Tienes escoba propia?

-Emm si y podría ser los martes o jueves luego de la merienda.

-Mejor durante, si tratas de aprender vuelo con comida en el estómago la puedes llegar a devolver. A mi ambos me quedan bien, si quieres lo hacemos los dos días y así aprendes más rápido, y cuando acabamos nuestra práctica nos damos una escapada a la cocina para que los elfos nos sirvan algo de merendar. Qué te parece?

-Genial! Tu vendras por mi o yo voy por ti?

-Más te vale que tu vengas por mi, tu eres el caballero.

-Tienes razón.

-Bien, ven a la entrada de la torre de Gryffindor a las cinco que yo te estaré esperando.

-Genial, gracias Ginny, que bueno que Blaise me dijo que eras mejor que el montando, tendré a la mejor maestra- dijo el niño sonriendo.

-Jajaja ya vete aprendiz- Ginny quedó algo sorprendida viendo que Blaise le había hecho un cumplido a través de Liam.

Entonces la tocaron de nuevo y volvió a voltearse, pero esta vez era Dean.

-Ginny, escuché mal cierto?

-Que escuchaste?- le preguntó ella con rostro indiferente.

-Que la serpiente líder te hace cumplidos a través de un chiquillo. ¿Estás coqueteando con él Ginebra?- dijo mirándola indignado.

-Oh no, para nada, si hasta ya nos hemos acostado- dijo ella con tono irónico.

-Deja de decir burradas porque un día de estos te las creeré y tú vas a arrepentirte.

-Ya, está bien, vete a hacer algo útil en vez de husmear en conversaciones ajenas.

-Ginny que es lo que nos pasó? Por qué todavía no hemos vuelto? Quieres que te implore?

Ginny suspiró con cansancio.

-Mira Dean, yo lo siento pero esto ya no funciona para mí, ya no te amo y no puedo cambiar eso- le dijo agotando toda la paciencia que le quedaba.

-Se trata de la situación que estamos viviendo, la guerra que se nos viene encima te confunde demasiado, pero te esperaré porque se que me amas.

-¡Dean, basta ya! No puedo seguir hablado con alguien tan necio, tengo cosas que hacer- dijo antes de levantarse de la mesa y salir casi corriendo del gran comedor.

-¡¡Ginebra espera!!- dijo el levantándose también y saliendo a los gritos sin importarle que estaba llamando la atención de la mayoría de los presentes -¡Ven aquí! ¡¡No puedes dejar a tu novio hablando solo!!

Ginny salió tan enfurecida que no se molestó en tomarse en serio los gritos que escuchaba de Dean y creía que alejándose se desharía de el, pero le quedó claro que no cuando el le dio alcance y la inmovilizó contra la pared en uno de los pasillos. Con el antebrazo en su cuello y la varita apuntando a su cabeza con la otra mano, ella quedó de espaldas a la pared y desarmada, ya que tenía la varita en la media izquierda porque justo ese día se había puesto la túnica que no tenía bolsillo. De esa manera el tenía el control de la situación y Ginny lo sabía.

-Dean, que estas haciendo? Baja eso y dejame ir.

-No, mi querida Ginny, no vas a humillarme ahora y no me dejarás hablando solo como en el gran comedor- dijo antes de conducirla a un aula vacía que estaba cerca y volver a la posición en la que se encontraban en el pasillo.

-Pero resulta que ahora no me apetece hablar, quiero eso que siempre me negaste y ahora puedo tomar- dijo tocando su pierna lentamente desde el pié hasta más arriba de la pollera.

Ginny cerró los ojos fuerte y apretó la mandíbula, el miedo la estaba haciendo su presa, había visto la furia en sus ojos y no pararía de buenas a primeras, si subía un poquito más su mano descubriría la varita y ella definitivamente no podría escapar. Pero lo hizo, subió su mano hasta donde comienza el muslo y la sintió, ella abrió los ojos sabiéndose derrotada y el sonrió.

-Dean sabes que esto está mal, te ira mal porque no voy a quedarme callada, hablaré.

-Mira lo que encontré! Parece que está lleno de tesoros debajo de esta falda, ya tengo el primero- dijo sacando su varita y arrojándola lejos de ellos- pero me aventuraré por más y no te preocupes, a Snape no le importa que un gryffindor se folle a la fuerza a otra gryffindor traidora a la sangre, no le interesa lo que haga contigo, pero por las dudas te aplicaré un obliviate y se terminan mis problemas, ni siquiera recordarás que te tomé y follé como a una cualquiera. Tal vez te deje tirada y desnuda para que te martirices pensando en que te sucedió-dijo sonriente.

-Eres un maldito cerdo!!! Basur......- y no pudo continuar hablando porque la besó con brutalidad mordiendo su labio inferior y no liberaba su boca.

Luego metió su mano de nuevo bajo la falda de ella y corrió su ropa interior para que no molestara y lo siguiente que ella sintió fue que la penetraba con un dedo, sus lágrimas comenzaron a caerle por las mejillas mojandolos a ambos y su llanto era tapado por los labios de él.

De pronto... Ginny ya no sintió nada de él, ni su mano, ni su boca. Estaba en el piso el muy idiota, sangrando por la boca. Entonces ella se volteó hacia la puerta y ahí estaba Blaise, aún con el puño en alto y los ojos desenfocados de ira mirando amenazante a todos lados.

Un Amor Incondicional Where stories live. Discover now