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Epílogo

— ¡Feliz día de las madres!.— se escucho la voz de un pequeño.

— Feliz día a las dos mejores mamás del mundo.— una voz más dulce se escucho desde la puerta.

Owen saltaba en la cama de sus madres para hacerlas despertar, sin saber que ambas estaban despiertas y tramaban algo debajo de las sábanas.

— 1.....2.....3.... ¡Raaaah!.— levantaron del torso haciendo que Owen quedara debajo de las sabanas.

— ¡Ayuda! ¡Maaa!.— grito exagerado.

Lauren rió fuertemente y fue a su "rescate".

— El monstruo de las cosquillas te ayudara.— amenazo divertida y el pequeño ojiverde negó, trato de huir de las diabólicas manos de su madre pero fue inútil.

Estaba bajo el ataque del monstruo.

— ¡No mamá! ¡Por favor! Bastaaa.— decía el pequeño entre risas pausadas.
— Esta bien, solo porque el monstruo tiene hambre.— desistió y el pequeño, riendo, se puso de pie sobre la ca con la ayuda de Lauren.

Se acerco a sus madres y dejo dos besos en sus mejillas, finalmente se bajo y fue junto a su hermana mayor, que estaba esperando en la puerta con dos panques.

— ¿Acabaste pequeño tonto?.— pregunto a su hermano, que lo miro con el ceño fruncido. Justo como Lauren lo hacia.

— No soy tonto, soy más inteligente que tu.— le enseño la lengua y cruzo sus brazos. Su hermana bufo y se acerco a sus madres.

— Feliz día queridas madres.— dijo sonriente a sus madres.

Les mostró los panques y una vela sobre cada uno, ambas se miraron y después soplaron las velas.

— Gracias Alice.— la envolvió en sus brazos su madre.

— Gracias a ustedes.— devolvió su hija, se separo de Camila y abrazo a Lauren.

— Ahora les tenemos una sorpresa.— menciono Owen, salio corriendo de la habitación.

— Es algo que llevamos planeando hace unos días.— les informo la mayor.

Owen llegó corriendo, con dos regalos detrás de él que supuestamente escondía, pero por su tamaño era inútil.

— Este es para Mamá. — le entrego el regalo con papel color negro a Lauren, Camila rió por eso.— Y este es para Mami.— le entrego uno con papel color blanco.

Ambas abrieron sus regalos, primero encontraron dos notas cada una, dos de Owen y dos de Alice. Se limitaron a leerlas en silencio, Owen esperaba que le gustara a sus dos mamás, ya que para él fue difícil escribir sin faltas de ortografía como le pedía su mamá, no quería que se decepsionara.

— Esto es hermoso.— menciono Camila levantando el rostro a sus hijos, con pequeñas lágrimas escapando de él.

Todo fue muy conmovedor.

— ¿En serio te gusto Mami?.— pregunto inocentemente Owen.

Camila asintió y lo atrajo en un abrazo, a su hoja mayor le dio un guiño y ésta se ruborizó. Ya hablaría sobre lo que decía la carta, sólo esperaba que Lauren no se volviera loca con eso.

— ¡¿Como que ya tienes un año saliendo con una chica mayor que tu?!.— la voz dura y demandante de Lauren se escucho por la habitación.

Camila creyó que eso despertaría a la pequeña Karla.

— Mamá. — Alice trago pesadamente, los ojos verdes de su madre sobre ella y el ceño fruncido no eran buena señal.

— Lauren.— le reclamo Camila.

Messages»camrenWhere stories live. Discover now