Damon, mi infierno personal [Damon & Elena]

36. Girls night out

Narra Elena...

Ha pasado una semana entera desde la última vez.

Siete días... siete días que me he sentido extrañamente vacía y sola.

Mamá aún no llega de su luna de miel con Giuseppe, todavía les queda otra semana y media en el Caribe. La extraño aunque hablo con ella casi todos los días.

Me siento sola en casa... y si, en mi casa que cada vez está más vacía. Lo he empacado todo, o al menos lo que más he podido. Ya todo está listo para mudarnos a la mansión Salvatore... o a mi antiguo departamento si tengo suerte de aquí en adelante y me llaman para algún trabajo.

Las cosas en la universidad han estado tranquilas. Enzo y yo hemos tenido que vernos en las clases... seguimos siendo compañeros. El primer día que volví, él intentó hablar conmigo, se acercó y lo escuché maduramente... pero le dejé en claro que no quiero volver a hablar de nuestra corta y extraña relación.

Nada ha vuelto a ser lo mismo entre nosotros dos, ya no somos amigos como antes, pero al menos no ha sido tan incómodo como pensé que sería compartir mis clases con él.

Me siento sobre mi cama y abrazo mis rodillas.

Mi habitación sigue sintiéndose extraña desde hace una semana... desde que él se fue, desde que decidí volver a poner los pies en la tierra y terminar con esa aventura de amor y odio con mi hermanastro.

No he hablado con Damon desde nuestro desastroso encuentro... ni siquiera me he atrevido a leer los muchos mensajes que a diario me envía en WhatsApp. No puedo, no me atrevo a enfrentar lo que tenga que decirme.

¿Lo odio? No. Definitivamente no.

¿Lo amo? Tampoco. Y no me vengan con eso de que "pero si ya te acostaste con él" o "sabes que te pone loca". Si, me pone loca, pero no, no es lo mismo que me guste a que lo ame.

¿Me gusta? Si, me gusta Damon y hace que quiera arriesgarme de nuevo.

¿Qué me frena entonces? Pues todo. El miedo, el rencor, la intriga y por supuesto la inseguridad.

No quiero que Damon piense que puede tenerme tan solo con hacer esa extraña cosa que hace con sus ojos y con su maldita sonrisa de lado.

Joder, hasta eso extraño ahora, hasta extraño discutir con él. Extraño que me haga querer golpearlo en la cara y luego que me haga reír.

Suspiro y me recuesto sobre mi cama. Es sábado por la noche y Caroline me llamó hace un rato para avisarme que Bonnie está en Boston por unos días y que quieren salir.

No quiero salir, no tengo ánimos de nada, pero mis amigas son mis amigas... No puedo decir no.

***

-¡Elena! -gritan las chicas cuando salgo de mi casa.

-¡Hola! -corro a abrazarlas y al fin no me siento tan sola.

-¿Como estás? -pregunta Bonnie y me mira sonriente. -¿Como han sido estas semanas siendo la nueva Elena Salvatore? -bromea y las tres reímos.

-Mi mamá fue la que se casó, no yo -la empujo suavemente con mi hombro.

-Ya, ya... Pero enserio Elena. Queremos detalles -dice Caroline con sus lindos ojos acusadores.

Mierda, ¿Qué les diré a mis amigas? Llevo dos semanas y media siendo la hermanastra de Damon y ya me he revolcado tres veces con él y casi besé a Stefan en una cena familiar.

No. No puedo decir eso. O bueno, tal vez si. Sé que ellas no me juzgarán.

-Vámonos ya -sonrío y pongo mis brazos sobre sus hombros. -La noche es larga y hay mucho de qué hablar.