Capítulo 69

289 26 9
                                    

Narra TN:

Salí del hospital rabiando, no puedo creer que Lauren me haya tratado así, a veces quisiera ahorcarla. Sé que está a salvo con Anthony y con Lí-Sellers. Pero debe saber que las drogas la van a destruír, mi hija cae cada vez más bajo; lo perderá todo si sigue así. Mi teléfono suena justo cuando estoy en el aparcamiento.
-¿Hola?- contesto.
-____TN. ¿A qué hora regresas a Londres?- es Rydel.
-No lo sé, Rydel. Lauren está quedando más loca que nunca, y con esto de las drogas es un problema más.
-Debes regresar a Londres.
-¿Qué? ¿Te sucedió algo?
-No. Estoy bien, pero necesito que te vengas ya.
-Rydel, son casi las seis de la tarde, aparte tengo que estar con Lauren. Dime qué pasa- Rydel me alarma. Algo ha de haber pasado.
-Que vengas ahora mismo te digo, verás que no te arrepentirás- ríe y cuelga. ¿Qué pasa con esta mujer? Siempre ha sido loca pero no más que yo. Marco el teléfono y llamo a Lí-Sellers.
-Hola, señora Lynch- contesta amablemente.
-Hola, Lí. Quería saber si estás con Lauren...
-La acabo de dejar con Anthony.
-¿Solos?
-Sí, están solos, ¿Pasa algo?- Oh, Dios. Seguro se están lamiendo todo los muy enfermos mentales.
-No los dejes solos mucho tiempo. Quería decirte que tengo un asunto que atender en Londres, me ha caído de imprevisto...¿Puedes cuidar a Lauren? Regresaré lo más pronto que pueda.
-No se preocupe, señora. Lauren está muy bien cuidada conmigo.
-Ok, si quiere un churro le muestras el que traes en el pantalón y te aseguro que el tuyo le gustará más que cualquier droga- digo seria, estoy hablando enserio. Lí suelta una carcajada y estoy segura que se sonrrojo, ¡Pero, mierdas! ¡¡Hablo enserio!!
-Sí, señora. Mientras esté bajo mi supervisión no va a consumir eso.
-Bueno, según yo había quedado contigo y mira lo que hizo.
-Ya le expliqué como pasaron las cosas...
-Sí, sí, como sea. Ten cuidado, Lí. A mi hija no le pongas los cuernos porque te corto el cuerno que tienes allá abajo.
-Amo a Lauren, jamás le haría daño, señora Lynch. Preocúpese por nada, no la lastimaré.
-Por el bien de tu purro espero que así sea, que por cierto, buen trabajo, Lí, Lauren no se queja de ello.
-Me alegro- ríe.
-Bueno, nos vemos pronto.
-Buenos días, señora Lynch.
-Odio que me traten como vieja- cuelgo. Subo a mi auto y conduzco hasta Londres; llego en dos horas y media; ir a 120 km/h me relaja.
Llego a Londres y aparco el auto en casa, hay un lamborghini lp640 plateado afuera de la casa ¿Con qué millonario está fajando esta mujer? ¿Será que es Simon? Aparco mi VW Jetta A6 rojo detrás del monstruo y mi auto se siente un cacharro viejo y con el rabo entre las piernas aparcado ahí. Salgo del auto y me paseo por el lamborghini, lo rozo con mis dedos y entro a la casa, todo está a oscuras.
-¿Ryder?- mi voz resuena en eco y enciendo la luz. A los segundos Rydel baja de las escaleras.
-Llegaste temprano- sonríe- Has de haber manejado como una loca.
-Soy una loca, mi amor. ¿Qué pasó? Me preocupaste ¿Se te acabaron los preservativos?
-No- da una carcajada.
-¿De quién es el auto de afuera? ¿Con que viejo millonario estás desplumando gallinas?
-¿Te gusta el auto? Es como si fuera tuyo- alza una ceja y sonríe.
-No entiendo ¡Me compraste un auto!- la tomo de los brazos. Ella ríe, hay algo siniestro en todo esto.
-¡Noo! Es algo mejor, ven, vamos- me toma del brazo y subimos las escaleras- Ponte esto- me lanza un vestino negro con un cinturón blanco ceñido.
-¿Y eso para qué? ¿Iremos de guarra?
-Algo mejor, póntelo, con estos- muestra unos tacones negros
Me visto frente a sus ojos, me da igual

Me maquillo frente al espejo y me pongo unos aretes, seguramente saldremos de fiesta.
-Perfecta- sonríe al verme de pies a cabeza.
-¿Y a qué hora piensas alistarte tú?
-A ninguna hora, yo no iré- se encoge de hombros.
-¿Qué? ¿Iré sola?- ruedo mis ojos mientras ella sonríe hacia su celular tecleando. Alza la mirada hacia mí de nuevo.
-Claro que no, tienes una cita- me guiña un ojo y me confunde. Me toma de la mano y salimos de la habitación, bajamos las escaleras y abre la puerta de la entrada. No entiendo nada- Te están esperando afuera- me hace una seña con la mano para que salga. Doy dos paasos hacia afuera y hallo a un tipo de cabello rubio-largo y ojos marrones de traje formal arrecostado al Lamborghini plateado; Riker. Sonríe al verme, se despega del auto y da dos pasos, camino hacia él perpleja, no esperaba verlo aquí. Hace días cuando lo ví en Dublín él estaba un poco confundido, recordaba que estaba casado pero no recordaba muy bien con quien ni cuando ¿Rydel hizo esto? volteo a verla y ella tiene lágrimas en los ojos; dramática.
-Lárgate ya- dice sonriendo mientras cierra la puerta.
Camino hacia Riker, él me extiende su mano, la tomo y él planta un beso en ella.
-Hola- susurra con su voz sexy y ronca.
-Hola- digo en un suspiro, estoy atónita.
-¿Sorprendida?- alza una ceja y yo me derrito. ¡Claro que estoy sorprendida, idiota! Hace sólo unas semanas te creí muerto y ahora revives, sales con que no recuerdas que estás casado conmigo y ahora tenemos...¿Una cita?
-Mucho...¿Recuerdas...-murmuro. Él niega con la cabeza mientras hace una expresión de disculpa.
-Aún no recuerdo pero...bueno, lo hablamos en el camino- aún mantenemos nuestra mano unida- Te ves increíble- sonríe con picardía, reconozco su forma de decírlo.
-Tú tambien te ves...-lo veo de pies a cabeza y suspiro- perfecto- él se sonrroja. Me suelta la mano y abre la puerta del coche. Whoooa, las puertas se abren hacia arriba.
-Adelante- me toma de nuevo de la mano y me deposita dentro del auto, huele delicioso dentro, miro el enorme estéreo lleno de luces. Riker da la vuelta y entra en el asiento del piloto.
-Dime que recuerdas como conducir- él me da una amplia sonrisa.
-Espero que sí- bromea y arranca el auto.
Miro su perfecto perfil y me pregunto como esta perfección puede ser mía, siento el estúpido nudo en el estómago al verlo. Qué cursi.
-¿Dónde vamos?
-¿No te dijo Rydel? Tenemos una cita- me mira brevemente para luego regresar los ojos a la carretera.
-¿Cómo es que pasó todo esto ¿Me explicas? Se supone que eres tú el que no sabe nada no yo.
-Como ya te dije...-comienza- tengo vagas ideas que estoy...casado- sonríe- recuerdo algunas cosas de los últimos años pero, no recuerdo muy bien. Eso sí, de los pequeños no recuerdo mucho, la vez que Lauren llegó de la nada me aterró.
-Ha de ser raro despertar casado y con hijos sin recordarlo.
-Si, bastante. Pero si recuerdo varias cosas, recuerdo el internado, la casa donde vivía que es donde estábamos hace unos segundos, recuerdo los olores, uno que otra escena retrospectiva...
-¿Por qué accediste a esto?- lo interrumpo, no quiero que esté haciendo obligadamente.
-Ryder me estuvo mostrando muchas fotos y videos; de nuestra boda, el nacimiento de Lauren y Anthony, mediante crecían, días rutinarios. Se notaba que estábamos muy enamorados- sonríe y siento que lo último lo dice para sí mismo.
-Lo estoy- susurro, él me mira, sonríe tierno y pellizca con sus dedos mi barbilla.
-Tambien...-ríe- vi...un video bastante...-da una carcajada, se sonrroja-...interesante- dice al no hallar una mejor palabra ¿De qué video habla?
-¿Interesante? ¿De qué?- pregunto confundida. Él me mira y alza una ceja ¡Por Dios! ¡El video del faje! Doy una carcajada- En mi defensa, tú diste la idea- alzo mis manos.
-Pero tú no te opusiste mucho que digamos.
-Eres mi esposo, hay que...complacer.
-Con razón estaba tan enamorado- ríe. ''Estaba'' esa palabra me golpeó hasta las uñas, finjo una sonrisa y agacho la cabeza- Eh, ¿Qué pasa?- me mira rápidamente y me toma de la barbilla, cabeceo mientras finjo otra sonrisa- No me hagas recordarte los detalles del video- bromea y logra sacarme una sonrisa real.
Estaciona el auto y entramos a un restaurante muy lujoso, me abre la puerta.
-Buenas noches- dice el tipo de la entrada.
-Riker Lynch.
-Por aquí, señor- el tipo nos guía a una mesa bastante cómoda y privada.
La luz es ténue, hay faroles y música instrumental de fondo. Se nota que no me recuerda porque este ambiente me da sueño, aparta la silla y me siento, él se sienta delante de mí. Hay poca gente en el restaurante, mayormente parejas. Un mesero nos lleva un par de menús instantáneamente. Lo hojeo viendo a Riker sobre el y miro que de vez en cuando él también me lanza una mirada sobre el cartón. Junta sus ojos haciendo un visco y no evito soltar una ruidosa carcajada que llama la atención de todo el restaurante.
-Mierda, por eso nunca vengo a estos lugares- susurro.
-Sí, he visto en los videos que eres bastante directa y explícita- sonríe.
-¿Ya han decidido?- se acerca el mesero más pequeño que mi seriedad, Riker me mira.
-Conffit de Merluza.
-Sí, señora...¿Usted señor?
-Lubinas con setas rebozadas, porfavor.
-Sí, señor. Con permiso- se retira.
-¿Y bien? ¿Cómo estás?
-¿Hablas enserio?
-Sí..- sonríe- ¿O qué? ¿De qué hablamos normalmente?
-No me respondiste porqué accediste a esto- él suspira.
-Ryder me invitó a casa, al comienzo fue un poco raro, pero mi prima me dijo que ella y yo nos llevábamos muy bien así que accedí y en efecto, Rydel me cae muy bien. Cuando llegué me contó muchas cosas y me enseñó las fotos y me pareció adecuado que...tuviéramos una cita.
-¿Y así nomás?
-Así nomás- sonríe.
-Interesante- juego con mis dedos.
-¿Me quieres contar como es que...bueno, estás vivo?
-Bueno, cuando desperté estaba en Irlanda, fue espantoso, al único que recordaba era a mi padre, poco a poco me contaron un par de cosas y pues, recordé que estaba casado pero no sabía con quien y fue un poco extraño cuando llegó Lauren...esa chica...Está como desorientada ¿No?
-Mucho, estaba con ella en Mánchester hace unas horas.
-Y...¿Cómo me llevo con ella?- ¡Mierda, Lynch! No pudiste hacer peor pregunta, te odia.
-Debo ir al baño- me levanto y corro hacia el tocador. Saco mi teléfono y tecleo un mensaje a Rydel —Cuando llegue te jalaré tanto los pelos de abajo que quedarás cantando ópera. Te amo, ___Tn — guardo el celular y entro al retréte, cuando salgo me lavo las manos y retoco el rimel de mis pestañas. Salgo y la comida ya está en la mesa.
-Sigues viva- bromea Riker.
-Y con memoria- le regreso la broma mientras me siento.
-Necesitaré que me des la receta- sonríe y comenzamos a comer- El video de nuestra boda es bastante...inusual.
-Sí, hice un pequeño escándalo en el altar.
-Pequeño- ríe. Seguimos comiendo y comentando tonterías, estoy por caer dormida sobre el plato de merluza. Riker me guiña el ojo y me coquetea de vez en cuando, es enserio como si fuera nuestra primera cita. Riker ya me casé contigo, ya no necesitas endulzarme el oído para llevarme a la cama.
-Osea que fui a Las Vegas- murmura sonriendo.
-Sí, tambien a Melbourne y Moscú.
-Si que me tenías loco- ''Tenías'' en pasado, maldita sea. Mi cara se reprime- ¿Pasa algo?
-No, nada...¿Nos vamos?
-¿Estás aburrida?- frunce el ceño con decepción.
-¡No! No eres tú...es...-miro a los lados y me inclino hacia él- ¿Quieres divertirte realmente?
-Está bien- mira sobre mi hombro y llama al mesero, pide la cuenta y salimos del restaurante. Me abre la puerta del copiloto.
-¿Puedo conducir?- pregunto, él se encoge de hombros y me entrega las llaves. Entramos al auto y conduzco el lamborghini hasta un club nocturno; Circus. Me dentengo en la entrada y cuando salimos un ballet parking toma las llaves.
Entramos al club y pasamos por un túnel de brillantina plateada hasta llegar a la zona grande, como siempre prefiero quedarme abajo que en la zona VIP donde son los aburridos. Nos sentamos en la barra.
-¿Qué quieres tomar, princesa?- se inclina el barman hacia mí.
-¿Qué me ofreces?- le sonrío.
-Pide lo que quieras y considéralo tuyo- dice el tipo pícaramente, muero por lanzarlo por un tubo pero quiero saber la reacción de Riker.
-Ella no quiere nada- interrumpe Riker. El barman se aleja.
-De hecho quería un Parfair Amour- parpadeo un par de veces.
-Barman, un Parfair Amour- pide Riker sin dejar de verme, a los segundos la bebida está en la barra. Riker la arrastra hacia mí, me la tomo de un trago.
-¿Tú no quieres nada?
-Un Temperatura está bien.
-¿Qué? ¿un Temperatura? ¿Estás en la secundaria? Barman dos fernet y un ginebra- el barman extiende los tres tragos- Un fernet y el ginebra son para tí, yo sin necesidad de alcohol me vuelvo loca- bromeo.
-Esto es muy fuerte- se queja.
-Es la idea, nena. Tómalo- me inclino el fernet y Riker duda y se toma el ginebra. Hace una expresión de dolor que se vuelve graciosa y luego de un suspiro se toma el fernet.
-Lo siento, hígado- susurra. Desde que entramos hay una canción electro.
-Tu hígado te perdonará, no te preocupes. Si los hígados se enojaran el mío ya se hubiera ido de la casa- Riker suelta una carcajada y sé que ya se está poniendo en ambiente.
-Tú si que sabes lo que es parrandear.
-Y tú me has acompañado desde entonces...- la música se está vovliendo más fuerte y tenemos que gritar para hablar

Una Eternidad con él- [Libro 2]Where stories live. Discover now