CAPITULO 8

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LAUREN POV

No tenía idea de la hora, del clima y de lo que estaba pasando afuera, pero sí estaba segura de al menos dos cosas. La primera; que Dinah  llegaría en cualquier momento corriendo el riesgo de encontrarnos de esta forma y la segunda; que persistí en la infidelidad de Lucy. No me arrepiento de nada porque era lo que quería desde un principio, suena egoísta, lo sé, pero tampoco Camila me estaba dejando muchas opciones, ¿o si?

Su cuerpo era cálido y suave junto al mío, respiraba con irregularidad, sus rasgos cubanos estaban suficientemente relajados, esa mujer era poesía, el más puro y profundo que habían escrito.

-Eres hermosa, Camz- suspiré. -Eres un poema que respira.

-Si sigues suspirando de esa forma te vas quedar sin aire- escuché decir a la morena.

-Tú serás la culpable de todo entonces- me miró con ojos confundidos. -¿Qué? ¿Me vas a decir que no estás cansada? Porque si lo haces pensaré en lo insaciable que eres.

-No lo soy, créeme, pero no estuvo mal para una principiante- dijo con aires de superioridad.

-¿Disculpa?- pregunté ofendida. -No soy ninguna principiante, sé lo excelente que soy en la cama.

-Lo que tú digas, Lauren- dijo con ironía mientras se levantaba de la cama envuelta en una sabana.

-Momento, señorita- ordené y ella solo volteó a verme. -En este momento te demostraré lo excelente que soy.

Me levanté de la cama y tiré de la sabana que cubría el cuerpo de Camila. La tomé por la cintura empujándola hacia las puertas del clóset. Coloqué mi muslo entre sus piernas haciendo presión en su centro sintiendo el calor de éste. Atrapé sus labios con los míos sin darle la oportunidad de decir algo.

Sin dejarla de besar con tanta lujuria, di unos pequeños pasos hacia atrás con su cuerpo pegado al mío, me senté en la cama y Camila por inercia se sentó en mis piernas. El aire ya hacía falta, así que corté el beso haciendo que la otra mujer jadeara un poco. Me gustaba ese sonido de su boca. Me enloquecía simplemente.

Bajé mis manos a sus muslos, haciendo que su cuerpo se tensara. Con una de ellas subí hasta su ingle y pasé mi dedo índice por su centro.

-Se siente tan húmedo- dije pervertida.

Su respiración era lenta y pausada, justo cuando iba a meter mis dedos en ella escuchamos una voz hablar.

"¿Camila?"

"¿Por qué desaparece de esa forma?" escuchamos una segunda voz.

"Nunca se salta las clases, ¿que diablos pasa con ella? Nunca lo hace". 

-No de nuevo- musitó la morena.

En ese momento sea quien haya llegado tocó la puerta de su habitación.

-¿Camila?- preguntaron del otro lado.

-Debe ser Dinah- dijo mientras se volvía a poner la sábana en su cuerpo. -Acuéstate, y tápate.

-Espera, ¿dejarás que nos encuentre así?

ROOMMATESWhere stories live. Discover now