Capítulo 13

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Mi querido padre de corazón, Tincho, suspira ensanchando su pecho y secándose las lágrimas esperando a verme entrar en mi fiesta de egresados.

El reloj nos condena. El tiempo llegó y toda la multitud de invitados nos recibe con unos aplausos cálidos, y silbidos.

Joaquín le toma la mano a Candela, y se abre el telón para ellos. Los profesores los saludan y les entrega en su mano, el título del secundario.

Candela eligió un vestido celeste pastel, donde su cabello color oro se lució dejando con envidia a las demás rubias que la seguían.

Todavía no era mi turno, mi compañera que iba a entrar conmigo se fue de viaje y no ha vuelto. No podía entrar solo, pero tenía... El telón se abrió para recibirme pero sentí una suavidad como la misma seda agarrando mi mano. A mi derecha estaba Malvina y el tiempo se detuvo.

Me sonrió mostrando la comisura de sus labios. La morocha de ojos verdes me dio una sorpresa grata, pero sentía que el tiempo ya no era mi enemigo, y que se puso de mi lado por unos segundos. Todo parecía haberse parado, no escuchaba los molestos bullicios y los aplausos.

Malvina estaba impecable. Se guardó el color naranja durante muchos años para utilizarlo esta noche, la gaza bordada caía con destreza, y sus ojos...Quemaban como mirar al sol sin lentes, eran unos faroles verdes enormes.

Trague saliva. La ayudé a bajar las escaleras y recupere la lucidez. Los profesores nos entregaban el título y sentía un rugido tan grande en el pecho, pero intentaba negarlo.

Todos los egresados levantamos las copas e hicimos el brindis para dar lugar a la parte más divertida a la fiesta.

La música del momento sonaba de fondo en mi querido pueblo Manfredi, (De hecho, a ocho kilómetros de la ciudad del jugador de fútbol Dybala) y cuando sonó una pieza de cuarteto, Malvina me invito con la mirada a bailar.

Entre las vueltas del baile, los juegos con los brazos, ella quedó enredada en mis manos.

Otra vez, sentí una descarga de electricidad en todo mi cuerpo, y es ridículo porque nadie ni nada me hace sentir lo que ella con tan solo caminar a centímetros de mí.

– Estás hermosa. – La nena más bonita del jardín, pensé. – ¿Cómo...? – Me interrumpió la oración, como siempre.

– Somos mejores amigos desde la infancia, obvio que no podíamos perdernos nuestra entrada para fin de curso. - Uy, me hace sentir la friendzone.

– Te quiero Malvi. – La mire a los ojos y ella se puso tensa.

– Y yo. – Hizo una mueca. – Thiago. – Susurró .

– Malvina. – Susurré.

El fotógrafo de nuestra fiesta capturo ese momento, tanto como yo y ella nos sorprendimos pero al segundo nos reímos a carcajadas.

La noche paso muy deprisa, o al menos para nosotros. Candela nos envió un mail a todos nosotros, la trafic estaba lista.

– La fiesta no terminó. – Replicó Malvina.

– Por eso, nos tenemos que ir antes de que la gente se de cuenta que nos ausentamos. – Levantó  una ceja Candela. – Es ahora o no hay vuelta atrás.

– ¿Todos dejaron una carta o aviso en sus casas? – Joaquín nos miró con impaciencia.

– Sí, todos. – Susurré.

– Entonces, nos vamos. – Candela quitó la alarma del vehículo con la llave. – Es ahora o nunca. – Repitió.

Nos fuimos sin llamar la atención en la fiesta pero los padres de Malvina la buscaban para sacarse una foto cuando estábamos a punto de irnos.

– Mierda, ¿Qué hago? ¿Qué excusa digo? – Replico ella. – Mierda, mierda.

– Si nos vieran juntos... Creo que no se molestarían en llamarte. – Suspiré.

Malvina me fulmino con la mirada.

– Como amigos, no se va a repetir. – Y mis palabras soltaron un sabor agrio, tanto que no las creía ciertas... En el fondo no.

Los padres de Malvina se aproximaban a pasos tan rápidos que la velocidad de la luz quedaba muy chica al lado de ellos.

Agarre a Malvina de la espalda con mi palma bien abierta. Ahogué mis palabras que hace tan solo unos segundos se sentías agrias fundiéndolas con los labios de Malvina.

Nos besábamos por segunda vez... Sobrios, sin un trago de alcohol, con la plena lucidez de lo que hacíamos.

De fondo la música cambio de cuarteto a la canción Do You Remember de Jarryd James.

La gente chilló un rato por el repentino cambio, pero funciono para que los padres de Malvina se echaran atrás y volvieran a la fiesta.

No fue un beso tímido, ambos estábamos conectados. La abrace con más fuerza y ella tiraba de los cabellos de mi nuca.

Al microsegundo tenía la cara húmeda, y con un poco de rímel. Malvina lloraba pero nos seguíamos besando entre la multitud.

Los padres de Malvina ya se habían ido pero nosotros continuábamos besándonos. Sin censura, no podíamos parar y no queríamos.

Nos besábamos con una lujuria que nos juzgaría hasta la misma consciencia. La gente comentaba de nuestro beso y apenas lo podíamos escuchar.

Candela nos resoplo al lado, y ambos nos separamos.

– Bueno, con razón tardaban pero no es tiempo de esto. Ahora la gente va a tener de que hablar toda la semana. Vamos.

Corríamos juntos hasta la trafic, Cande y Malvina levantaban la falda de sus vestidos para no pisarse y todos soltábamos una carcajada libertadora de todas nuestras ataduras.

Candela arrancó y fundió su pie con el acelerador hasta el fondo y por el espejo retrovisor nos miró.

– Hagan tatetí, para donde vamos, Al sur o al norte. Ya.

– Sur. – Dijimos todos sin pensar. – El próximo viaje pendiente es recorrer para el norte.

– Próxima parada: San Luis. – Candela nos lo comunicó  muy segura. – Sierra de las Quijadas.

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Acá tienen a los personajes en multimedia, me han pedido mucho que coloque una cara a mis personajes. 

📌  Malvina (Angela Torres)

📌 Thiago (Franco Masini)

📌 Candela (Abril Sanchez)

📌 Joaquín (Stéfano de Gregorio) 

Antes de que me pregunten, sí... Son todos actores Argentinos!! Si no les gusta, pueden omitirlos e imaginarlos como quieran.

Antes que nada, quiero agradecer a ellas que me ayudaron en busca del elenco:

linaleoncalume12345 y VESP27 

❤ Gracias por leer... ya comenzó  la aventuraaa!!! Y les voy a ir dejando fotos de los lugares con sus descripciones 😍😍😍 



Al borde del abismo. © #Wattys2017Where stories live. Discover now