Capítulo 7 Una Compañía Agradable

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Como era de esperarse, no logré dormir nada, no podía despejar mi mente, era como si hubiese caído dentro de un espiral donde se repetían esas palabras una y otra vez. Me estaban volviendo loca...

La mañana del día siguiente se había asomado lentamente y yo la vi llegar, el sol entrar por mi ventana y mi cuerpo pesado y exhausto de tanto removerme esperando conseguir un poco de paz.

El nuevo día había llegado y yo intenté dejar todos esos tormentos atrás, tratando de seguir como si nada... 

Pasé todo el día ocupando mi mente en otra cosa. Entre los ejercicios matutinos hasta la hora de ir por el desayuno en "El huerto de Bobby". Luego de haber hecho las compras, miré el reloj y me alisté para encontrarme con mi amiga.

Me puse un short de jean azul y una blusa blanca sin tirantes, así salí nuevamente a la calle.

Sara me habría despellejado si me hubiera vestido con los vaqueros negros y la camisa que tenía planeado usar.

Llegué a la cafetería y como siempre, me paré justo en medio como una perfecta idiota buscando con la mirada a la única camarera zorra del lugar. Me fijé que, a diferencia de otros días, ninguno de los clientes del local se me quedó mirando como si fuera un bicho raro, *entonces esto es más aceptable para ellos* pensé, pero no le di mucha importancia, finalmente la vi, me hizo una seña para que la esperara...

Allí estaba... Mi mejor amiga... Y peor enemiga...

Me fui a sentar donde acostumbraba hacerlo y la esperé unos cuantos minutos.

Ella se acercó y esta vez ni se molestó en quitarse el delantal. Sara se puso frente a mí y me sonrió tranquilamente.

- ¿Lo mismo de siempre?- me preguntó con la voz especialmente dulce. Yo negué con la cabeza y ella alzó las cejas.

- Hoy no, Sara. Tan sólo tráeme un vaso con agua fría y una galleta salada- mi amiga quedó algo pasmada por mi mal humor pero sabiendo que hacer correspondió de inmediato a la orden.

Yo encajé la cabeza entre mis manos y las pasé detrás de mis orejas. No podía concentrarme para nada, intenté evitarlo todo el día, pero al final no pude seguir ignorándolo. Nick seguía en mi cabeza, sus palabras, su voz, sus ojos, todo él estaba presente en mis pensamientos, perturbándome, atormentándome...

Realmente me encontraba en el peor predicamento de toda mi vida, incluso más grande que el del pasado... Por un lado estaba la única que me dio su mano para seguir adelante, la que me brindó apoyo y aprecio, cuando sentí que lo había perdido todo... Y por el otro... Estaba aquel que fue el primero en mi vida, el amor más grande y el más importante que he tenido, aquel que había tomado mi corazón y lo hizo pedazos y sin embargo, aún destrozado y desangrado seguía latiendo por él...

El traicionar de esa manera a mi mejor amiga era algo que no podía permitirme... Pero también...

Aunque quisiera evitarlo, era imposible no pensar en él, borrar su sonrisa, olvidar sus ojos, eliminar sus caricias, sin mencionar la historia que compartíamos y que ya todos conocían...

No sabía que hacer, me encontraba en una encrucijada y tenía miedo de perder a uno o a ambos... Estaba atrapada.

De pronto todo eso quedó atrás cuando vi el vaso de agua frente a mi y una galleta integral. Miré hacia arriba y Sara estaba con una cara muy seria, puso un trozo de tarta de chocolate al otro lado junto con una malteada de chocolate blanco, se sentó y empezó a comer su postre.

- Sabes... Tanto chocolate podría hacerle daño a tu organismo...- esbocé tratando de iniciar una conversación. Ella encogió los hombros.

- Y tú sabes que yo soy choco-adicta...

Enredos del Destino [FINALIZADA]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant