Visita Nocturna [Thranduil fanfic]

Una fantasía

Valadhiel dio una vuelta sobre sí misma para que la reina y las costureras pudieran observarla. El vestido que llevaba puesto era blanco con finos bordados y falda con dos capas.

—Eres la novia más hermosa de todas —dijo Tarma con los ojos brillantes.

—Gracias. Espero que a Legolas le guste —deseó en voz alta.

Casi no creía que al día siguiente sería su esposa. El príncipe de Eryn Lasgalen la había hecho quererlo en tan poco tiempo. Era caballeroso, atento y muy apasionado.

—Por supuesto que le gustará. No habrá elfo que desee apartar la mirada de ti.

Las costureras le dieron la razón a la reina, después de todo, habían hecho un vestido digno para una coronación.  

*** *** ***

Thranduil había ordenado  que remodelaran la segunda habitación más grande para la nueva pareja de esposos, Valadhiel fue consultada para la elección de los nuevos tonos, quien a su vez se lo consultó a su madre.

Sus padres partirían dos días después de la unión, dejándola ya instalada en su nuevo hogar.

—Sé que es nuestra noche de bodas... —la elfa se tomó unos segundos para recuperar el aliento—pero necesito descansar unos minutos —pidió recostando su cabeza en el pecho desnudo de su esposo.

Legolas accedió a darle tiempo para que recobrara sus fuerzas, mientras le acariciaba la espalda y jugaba con su cabello. Luego, con delicadeza la hizo recostarse sobre el colchón y se puso encima.

—Te recompensaré —dijo antes de comenzar a besar su cuello.

—No tienes que recompensar nada —atrajo su cabeza para besarlo.

Cada vez que sus labios se unían, ella sentía que el fuego se expandía de su vientre a todo el cuerpo. Legolas la besó con ímpetu renovado, llevado por el deseo de poseerla y saberla completamente suya.

—Quiero recorrer tu cuerpo con mis labios —susurró mordiéndole el lóbulo de la oreja.

Valadhiel no pudo decir nada, volvía a sentir que su única forma de expresarse era tocar y dejarse tocar por él. Legolas parecía conocer su delicado cuerpo incluso mejor que ella misma. Había despertado nervios que no sabía que poseía, y ya dominaba el arte de  llevarla a la cima una y otra vez sin mucho esfuerzo.

Estalló de placer al sentir que él lamía sus senos y mordía levemente sus sensibles pezones.

—Te quiero dentro —articuló casi desesperada.

—Aún no —dijo regresando a su boca y estimulando su intimidad con su mano derecha.

—Por favor —se la escuchó suplicante.

Legolas la hizo levantar los brazos encima de su cabeza y las sostuvo allí con su mano libre.

—Solo unos segundos más —la acomodó bien y hizo que lo rodeara con sus hermosas piernas.

Valadhiel soltó un grito cuando lo sintió llenándola. Le encantaba que él la complaciera sin hacerla rogar demasiado. Con sus piernas lo atrajo lo máximo posible. Era excitante saber que Legolas solo la deseaba a ella.

Él comenzó a embestirla primero lento y después fue aumentando la intensidad. Seguía impresionado con lo mucho que disfrutaba que las paredes de su esposa lo sujetaran tan bien. Era demasiado estrecha y fascinante.

Aumentó más aún la fuerza de su movimiento, recordando lo hermosa que se veía su esposa en la celebración de la boda. Varios elfos la habían observado con deseo, lo que no le pasó desapercibido a él.