one shot

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¿Qué era esa obsesión que tenía Rawberry con la joven Macarona? Es la pregunta que se debería hacer más de uno. Un día más en el Jardín Gris, un susto más para el ángel.

La castaña era alguien bastante tímida, mientras que la pelirrosa es juguetona y distraída, sobre todo con su mejor amiga, la única excepción y persona con la que estaba todos los días.

Hoy iba a tener una "pijamada" con Rawberry. ¿Porqué aceptó, siendo consciente de lo que podría hacerle? Es su mejor amiga, no lo negaría. Llegó la noche, el ángel llevaba un pequeño bolso con su pijama y un pequeño peluche, aún duerme con ellos. No vamos a mentir, Macarona estaba algo nerviosa por lo que pudiera ocurrir durante su sueño, y le costaba ignorar ese detalle.

—¡Macarona~♪! Me alegra verte~

—T-También a mí, R-Rawberry. ¿D-Donde está Raspbel?

—Hm, lo olvidé~ Tal vez esté dormido en algún lado, heh

Al ángel no le parecía muy bien que la demonio reaccionase así, pero era algo típico de su forma de ser, no podía cambiarla.

Pasaron unos minutos, la castaña tenía la fortuna de que compartiría la cama con la demonio, ahora tenía algo de miedo y no podía disimularlo.

—O-Oye, Rawberry...Q-Q-Quisiera d-decirte a-algo...importante.

Solicitó con un pequeño susurro nervioso. La contraria notó aquello, estaba sobre la cama y el ángel sentada a su lado, por lo que fue fácil abrazarla por detrás sorpresivamente, y la castaña soltó un pequeño chillido de sorpresa.

—Dime~ Ma-ca-ro-na~

Dijo la demonio observándola desde uno de los lados a la tímida castaña.

—Bu-Bueno, l-lo q-q-que p-pasa es...q-que yo...u-uh...

El ángel se sentía realmente avergonzada, y el color rojo en sus mejillas era la mejor evidencia. Dio un leve suspiro girando hacia ella —seguía siendo abrazada—, en un intento de reunir valor.

—M-Me g-gustas!~

—Oh!~ También me gustas, Macaroni~

La facilidad en las palabras de la pelirrosada dejaron atónita al ángel, de alegría. Claro que Rawberry no espero un segundo más y unió sus labios con ella, para disfrutar el gusto de la pequeña ángel que amaba, esta congelada del asombro, aunque no demoró en seguirlo. Tardaron en separarse, pero en cuanto lo hicieron, la pelirrosa habló primero.

—Macaroni es deliciosa de labios ♪~

—¿G-G-Gracias...?

El ángel estaba roja, apenas podía responder coherentemente, apenas pudo girarse como se encontraba anteriormente, con la demonio en su espalda.

—Oye~ ¿Puedo hacerte de mi propiedad ahora~?

—¿D-De q-q-qué ha-hablas?

—No te diré ♪

—¿S-Sólo lo ha-harás?

—Sip~

No sabía que pensar en ese momento la castaña, ¿Y qué pensar? ¡Rawberry podría hacer cualquier cosa cuando se trata de "propiedad"! ¡Hay muchas posibilidades! Los pensamientos de la joven se desvanecieron cuando sintió los dientes de la demonio perforando un costado de su cuello, su grito de dolor (y miedo) se podría escuchar por fuera de la casa de las Preserves, incluso algo lejos.

Los días pasaron, y el ángel se encargó de la herida que tenía por si misma, no quería molestar al Dios de su mundo, Etihw, por algo así...Mucho menos dar una explicación, no sabría lo que podía pasar.
Sin embargo, la cicatriz en su cuello era bastante notoria, y su cabello tampoco ayudaba a esconderla, desconocía si esta a iba a desaparecer...Probablemente esa fue la intención de Rawberry.

—Ahora será obvio, Macaroni~ Eres mía ♪~.

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