Capitulo 1

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Narra Yuri:
Ha pasado una semana desde el Grand Prix Final, pero todo el mundo sigue hablando de ello. Aún les sorprende que Yurio hubiera ganado la competición, aunque a mí no me sorprendía. Él tenía mucho talento y patinar se le daba bastante bien, aunque me había molestado bastante no haber ganado.
Justo después del Grand Prix Final, Yurio se marchó de vuelta a Rusia, y Victor se quedó para entenarme. Cada día me levanto a las seis de la mañana para entrenar. Entreno toda la mañana y casi toda la tarde. Tengo que reconocer que Víctor está siendo bastante duro conmigo, pero no me importa, voy mejorando cada día. Al final de mi entrenamiento, siempre me lleva a cenar a algún restaurante para relajarme. Siendo sincero, me encanta pasar tiempo con él, es muy divertido, aunque siempre me llama Tazón de Cerdo, pero de manera cariñosa.
Hoy el entrenamiento no fue muy duro. Víctor estaba enfermo, por lo que no podía alzar la voz ni moverse bruscamente. Después de eso, no fuimos a ningún sitio, me quedé con él en su habitación. Víctor decía que no era necesario, pero yo insistí, no quería que empeorara.
-Muchas gracias Yuri -me dijo el ruso, con una sonrisa en la cara.
-No hay de que -le respondí, devolviéndole la sonrisa- no quiero que empeores.
-¡Cuanto te preocupas por mí! -me dijo- Muchas gracias, Tazoncito de Cerdo
-Eres mi amigo, es normal que me preocupe -le respondí.
-Se está haciendo algo tarde -me dijo, aún con la sonrisa en la cara- me voy a ir ya a la cama.
-Vale -le dije- buenas noches
-Buenas noches -me respondió Víctor. Después de eso le apagué la luz del cuarto y me fui con mi familia.
Al llegar, donde todos estaban, vi que no había nadie. Después de eso, miré el reloj. Eran ya las once de la noche. Decidí irme a la cama, pues al día siguiente me tenía que levantar a las seis.
Al día siguiente me levanté de la cama y fui a desayunar. Normalmente como solo, pero hoy estaba mi madre porque era el día de las ofertas en el súper y quería estar allí pronto. Mientras desayunaba, estuvimos hablando de mi entrenamiento con Víctor. Mi madre decía que era demasiado para mí, pero yo estaba bien con el entrenamiento.
-Bueno, me voy ya, son las seis y media y no me quiero encontrar con mucha cola -me dijo.
-Vale mamá -le respondí entre bostezos- que no se te olvide nada.
Justo después de salir mi madré, Víctor entró a la habitación. Estaba bastante mejor que ayer pero aún se le notaba que estaba enfermo. Por eso, decidió que hoy no me entrenaría. En cambio, fuimos a pasear.
La gente nos miraba de manera muy tierna, como si fuéramos pareja. A Víctor no parecía importarle, pero a mí me estaba dando vergüenza. Cuando terminamos el paseo, ya era de comer. Decidimos comer en un restaurante que quedaba cerca. Mientras comíamos, mucha gente ce acercaba a nosotros y nos pedía fotos. Era bastante bonito en mi opinión, esta sensación de sentirme famoso era agradable.
Al final llegamos a casa, y nos encontramos a todos reunidos con una gran tarta. Iban a celebrar una de sus fiestas típicas. Nos quedamos en la fiesta y después no recuerdo más. Por lo que Víctor me dijo, volví a tomar. Tengo que dejar la bebida...

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M: Pues esta es mi historia. Espero que os guste.
Nos vemos en otro capítulo.
Bye-bee ~

Mi querido tazón de cerdo Where stories live. Discover now