Prólogo

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Prólogo

Nuestros Narradores y la “Indicada”.

Brody

Mi dueño es el mejor del mundo.

Mi dueño es la mejor persona que conozco y no creo conocer a nadie que sea mejor que él (nunca, en serio).

Me llamo Brody, y soy un perro. ¿Cómo lo sé? Buena pregunta, ni siquiera yo conozco la respuesta, bueno, en realidad no conozco la respuesta a muchísimas cosas, incluso podría decirse que no conozco la respuesta de demasiadas cosas.

Como por ejemplo, no sé por qué cada vez que veo a mi dueño siento muchísima adrenalina, siento como si todos mis problemas se desvanecieran y como si el sol volviera a salir de nuevo; me siento más vivo que nunca, y me siento tan feliz y extasiado que no puedo contenerme y comienzo a mover mi cola sin pensarlo (en ocasiones ni siquiera me doy cuenta de que lo estoy haciendo). Aunque, bueno, pienso que eso se debe a que mi dueño es el mejor. Sí, lo es, y estoy seguro que no soy el único que lo piensa.

Mi dueño se llama Ben, y es el mejor dueño del mundo. Es tan buen dueño que si hubiera una competencia de los mejores dueños del mundo él estaría descalificado al instante por ser el mejor de todo el universo. ¡Hablo en serio! Es muy, muy buen dueño.

¿Por qué? No lo sé. Sólo puedo asegurar, con toda seguridad, que soy inmensa e inconmensurablemente feliz de su lado. En serio, ¡me hace muy feliz!

Cuando llega a casa, todos los días alrededor de las dos de la tarde, me llama por mi nombre y me hace muchos cariños: me soba la panza, me rasca detrás de las orejas (mi lugar favorito) y en ocasiones me soba debajo de la barbilla, ¡que también es mi lugar favorito! Es verdad, Ben es el mejor dueño de todos, y no sólo eso, es mí dueño.

Aunque suele tener muchos problemas, bueno, o eso parece. Muchas veces, debido a que su madre, Karen, no deja que me suba a su cama, él se limita a abrazarme con fuerza y contarme sus problemas. Lo que me encanta de Ben es que, aunque Karen no me deje subirme para acostarme y, en ocasiones, orinar las colchas de su cama, él siempre está dispuesto a dejarme subir. De hecho, siempre que llega de la escuela y tuvo un mal día, da unos golpecitos en sus edredones, y yo, al instante y como si no pudiera controlarme, me subo y me recuesto de su lado. ¡Es tan genial estar con él!

Ben es un chico muy introvertido. No suele salir mucho, y cuando lo hace es con sus amigos de secundaria, pues no parece tener una muy buena relación con sus amigos de preparatoria. Pero, a pesar de eso, él sabe que siempre podrá contar conmigo y salir conmigo a pasear, ¡sí! Que, junto con todas las cosas que hago con Ben, ¡es mi cosa favorita! No bromeo, amo salir a pasear con Ben, y desde que vivo con él me saca a pasear todas las noches, no muy tarde. A él le gusta muchísimo la noche, se podría decir que le gusta la noche tanto como a mí me gusta el día, o estar con él, o comer croquetas, o comer croquetas con él, o que lance una pelota y yo vaya por ella; en fin, él adora la noche, y supongo que es por eso que suele llevarme a pasear alrededor de las 9:00 pm, eso y que él mantiene una vida muy ocupada.

Además de la preparatoria, Ben asiste a clases de idiomas por las tardes. Está estudiando francés y alemán, pues se ha graduado de las clases de español y de inglés, y como tiene mucho auge para aprender, ha optado por cursar esos dos idiomas.

Como decía, Ben es un chico muy introvertido. No suele salir mucho, y tampoco suele hablar mucho con las personas. De hecho, cuando salimos a pasear, en ocasiones hay vecinos afuera de sus casas, recargados en sus carros y bebiendo o fumando cigarrillos (amo ese olor, pues Karen suele fumar en casa), y Ben nunca, pero nunca, les dirige la palabra. Quizás es porque le hicieron algo malo, o quizás simplemente no quiere hacerlo; sea cual sea la razón,  él no lo hace, y como amo cada cosa que hace, me alegro de que no lo haga. Aunque no le vendría mal tener más amigos.

La IndicadaWhere stories live. Discover now