Capítulo 7:La cicatriz

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Aún recuerdo cada suceso de esa noche. Luego de la muerte de mi padre había corrido cómo nunca en la vida. Tomé su espada y llegué hasta donde estaba mamá y Pucca. Estaba pálido y mis mejillas estaban empapadas. Le conté todo a mi mamá, permaneció en silencio un momento y luego lloro. Las lágrimas caían de sus ojos, pero no era un llanto escandaloso, sino silencioso, cosa que me resultaba más doloroso.
Mi madre había dicho que fuéramos a Sooga lo antes posible. Así que nos adentramos en el bosque, pero nos encontraron. Recuerdo la batalla también. Era alrededor de 5 personas yo y mi madre abrimos camino muy fácilmente. Mi madre era una excelente ninja... Sí, era.
Luego de esas 5 personas, un batallón más grande se avecinó. Mi mamá nos dio un beso y un abrazo a Pucca y a mi, respectivamente. Me dijo que buscará al maestro Soo, y que le dijera que íbamos de parte de Gura. Que él nos diría que hacer. Yo no quería dejarla, pero gritandome me dijo que me fuera antes de que fuera tarde. Y ella se enfrentó sola a todo el batallón... El final no es inesperado, y con tan sólo 8 años, yo ya era huérfano.
Pucca y yo habíamos corrido rápido, entramos al debosque, la venganza de Tobe había sido realizada. Me quitó a mi padre cómo yo le había quitado al suyo. Pero ¿Mi mamá? ¿Por qué se empeñó en hacerme incluso más daño? El solo hecho de pensar en él, hacía que la bilis se me revolviera en el estómago. Pucca y su gata, no dijeron nada en todo el camino. Estoy seguro, que la niña estaba bastante confundida para hablar...

Despierto debido a que el sol comienza a picar mi rostro, y por 5 segundos soy feliz. Aún adormilado no eres consciente de tu realidad. Y por 5 segundos olvido todo lo ocurrido el día anterior... Pero luego recuerdo todo y siento que el corazón se me hace una pasa. Pucca sigue durmiendo y estoy feliz, porque eso significa que podré llorar sin dar explicación.
Escucho ruidos tras unos arbustos, y me pongo en guardia. Despierto a Pucca y le digo que vaya al río a esconderse. Estoy seguro que puede aguantar la respiración más que cualquier humano "normal". Ella me hace caso, y yo tomo la espada esperando cualquier golpe. Pero no hay nada. Hasta que veo la silueta de una mujer acercarse, al parecer no me ha visto, y también me percato que no me viene buscando a mi. Sino viene escondiéndose de alguien. Parece estar mal, luce pálida y estoy seguro, que debieron inyectarle alguna medicina para atontarla. Cuando se acerca a gatas, reconozco su rostro y siento la adrenalina recorrer mis venas. Es la madre de Tobe. Es el momento oportuno para vengarme. Saltó tras de ella, y la empujo, la espada está sobre su cuello, mis manos tiemblan. Entonces miro su rostro, y los recuerdos vienen a mi mente. Cada día en su casa, ella preparaba galletas y leche de chocolate. Esa mujer había sido tan buena conmigo, que el sólo hecho de pensar en matarla, hacía que me sintiera miserable. Pero por el otro lado estaba Tobe, el miserable de Tobe... En ese momento la ira recorrió mi cuerpo, tomé el cuchillo y me dispuse a enterrarlo en su pecho, tenía los ojos cerrados y mis manos temblaban.

—¡No!—Gritó Tobe haciéndome tambalear. —¡No lo hagas, Garu!

Sólo suspire y caminé hacía su dirección. Estaba temoroso y desarmado. Me miró suplicante, y luego intento derrumbarme. Pero estaba demasiado molesto. Así que sólo lo esquive. Él pegó un grito de dolor. Fruncí el ceño, incapaz de entender el porqué de su grito. Entonces una gota de sangre proveniente de mi espada cayó al suelo. Me llevé las manos a la boca y observe como Tobe cubría su frente con dolor, incapaz de detener la sangre. No supe que más hacer... Sólo corrí...

Disculpen la demora. Con el trabajo y la uni apenas pude respirar. Espero no tener nada que hacer este fin de semana, y actualizar al menos dos capítulos. Gracias por la espera y por leer. :3

Secretos (Garu y Pucca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora