Hoy y siempre.

Asi es mi vida.

Ciudad de México, 14 de Julio del 2016.

Ahí estaba yo, bebiendo alcohol en la piscina de mi casa junto a mis amigos, hay que destacar que todos aún éramos menores de edad pero esa era una ocasión especial ya que estaba cumpliendo diecisiete años, en México comprar alcohol siendo menor es como quitarle un caramelo a un bebé, las leyes pocas veces son respetadas además Martín nos consiguió identificaciones falsas a todos, para que dejáramos de preocuparnos por la edad.
Desde la piscina pude escuchar cómo mi madre me llamaba.
-¡Pero que inoportuna! Sabe muy bien que estoy ocupado con ustedes.
Les dije a mis amigos.
Fui enseguida a atender el llamado de mi madre, subí rápido las largas escaleras y me la topé en el pasillo.
-¿Que necesitas?
Le pregunté.
-Hijo tu padre y yo te tenemos un regalo, como ambos hemos visto tu gran desempeño en el colegio decidimos compensarte justo hoy en tu cumpleaños.
-Mamá sabes que no era necesario, es mi obligación.
-Asómate por la ventana.
Inmediatamente me acerqué a aquella ventana y con mi mano derecha deslice la gran cortina marrón.
-¡Mama! No lo puedo creer ¿es enserió? ¿Un auto?
Le dije con voz eufórica.
Abajo, justo enfrente de la casa estaba mi padre junto a un hermoso auto nuevo.
Baje lo más rápido que pude hasta llegar con mi padre.
-¿Te gusta Campeón?
Me dijo mi padre con la sonrisa que lo caracteriza.
-Papá esto es demasiado, ¡Muchas Gracias!
Me lancé hacia el para darle un abrazo, y el metió su mano en el bolsillo izquierdo de su pantalón para darme las llaves.