Capítulo 1.

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—Elena, apúrate. No querrás llegar tarde a clase, es el primer día—mi tía Jenna jaló mis cobijas haciendo mi cuerpo quedara al descubierto.


—No—me quejé tomando las cobijas nuevamente y cerrando mis ojos.

—Hablo en serio—volvió a jalar las cobijas para enseguida abrir las cortinas haciendo que la luz chocara en mis ojos.

—Jenna, por Dios son las siete de la mañana—gruñí al checar la hora en mi celular para luego observarla con los ojos entrecerrados por los rayos de sol que ya me estaban jodiendo notablemente.

—¿Algún problema? —puso sus manos en su cintura tratando de parecer un típico adulto molesto, la miré alzando una ceja—. Bien, no puedo fingir ser una madre enojona—suspiró sentándose en mi cama tallando con sus manos levemente su rostro—Ella, tú mamá era buena en esto, no puedo con esto...es decir, puedo cuidarlos a ti y a Jeremy pero me es un poco complicado hacerlo de una manera correcta. Pero te juro que estoy haciendo todo lo posible.

—Tranquila, Jenna. Te entiendo, no es fácil ser un tutor siendo un adulto joven y de dos adolescentes de diecisiete años porque sus padres fallecieron hace cuatro meses—coloqué mi mano en su hombro.

—Lo sé, te prometo que manejare esto, Elena—me sonrío—. Pero, eso no cambia que tienes que apurarte. Además ya desperté a Jeremy—salió de mi habitación para comenzar a bajar las escaleras.


Me levante de mi cómoda cama para comenzar a hacer mi rutina diaria. Me maquillé como siempre lo hago: base, rímel y labial. Me coloqué unos jeans junto con una blusa de color rojo vino ligeramente ajustada. Cerré el cierre de mis botines para luego bajar las escaleras y encontrarme con Jeremy y Jenna desayunando en la cocina.


—Jeremy, ya vámonos—acomode mi mochila de color negra en mi hombro mirando a mi hermano.

—Oye, oye, no te iras sin desayunar—me señalo Jenna—. Hay un café para ti en la mesa.

—Pero tenemos qu...


—Sin peros, Elena. Siéntate.


—De acuerdo—suspire sentándome en la silla para comenzar a tomar el líquido café que estaba en la taza, Jeremy empezó a reír—¿Qué?


—Es tan gracioso cuando te regañan—carcajeo dándole un mordisco a una tostada—. Irónico porque te regañan mas a ti que a mi—comenzó a reír con la boca llena de comida.

—Ay, pero qué gracioso eres. Imbécil—le di un golpe en el hombro haciendo que casi se ahogara con la tostada, miré el reloj que estaba en la pared de la pequeña cocina, ya se hacía tarde—. Vamos tarde—le di un último trago al café.


—¿Qué? No, Elena. No se van a ir de aquí sin desayunar.


—Pero, tía ya casi terminamos—le dije dejandole la taza—. Ya faltan veinte. Vamonos, Jeremy.


—De acuerdo—tomó un poco de leche—Nos vemos Jenna.


Jeremy se acercó a ella a darle un beso en la mejilla en forma de despedida.


—Son tan necios. Bien, los veo al rato—sonrió.


The Vampire Diaries.Where stories live. Discover now