Esos son mis zafiros.

Capítulo 1

-Apresúrate Edd o el autobús se nos va a pasar-. Gritaba un joven pelinegro fuera de la casa del que era su mejor amigo desde que tenía memoria.

-Mis disculpas Eddy, mi despertador se ha averiado-. Se excusó el joven saliendo de su hogar. Era solamente un poco más bajo que su mejor amigo, un poco delgado, tenía unos grandes y hermosos ojos azules que adornaban las finas facciones de su rostro, en el se podía apreciar una linda sonrisa en la cual los dientes frontales estaban levemente separados dando un toque adicional de ternura, su piel era color algo tostada y poseía un cabello azabache el cual estaba escondido por una gorra negra con rayas blancas a los lados. Como siempre llevaba un pantalón de mezclilla negro y un lindo suéter el cual le quedaba algo grande, dándole una imagen aún más adorable.

-Déjame que te ayude con esos libros, tú siempre buscando los más grandes-. Decía mientras agarraba algunas de las enciclopedias o libros de estudio que el pelinegro traía entre sus delicados brazos.

-Oh no hace falta Eddy-. Dijo Edd tratando de disimular lo pesado que eran los libros de materias avanzadas.

-No es nada cabeza de calcetín, pero no entiendo por qué los lees y estudias tanto-. Denotaba un tono de frustración, le preocupaba que su mejor amigo se pasará la vida leyendo, jamás asistía a alguna fiesta o salía a algún lado con motivo de diversión, el único lugar público al que iba con mucha frecuencia era la biblioteca local.

-Pues... es el último año de clases y quiero estar preparado para todo, además espero quedar en alguna buena Universidad y tener un buen promedio, quizás así… mi madre me note otra vez. ¿No crees?-. Dijo con una sonrisa triste.

-Lo que creo es que, sin ofender, tu madre es una tonta que no es capaz de ver el gran hijo que tiene-. Aseguró energético, tenía que serlo. No podía demostrar lo preocupado o mal que se sentía al ver a su mejor amigo en ese estado.

-Muchas gracias por el halago Eddy-. Mostró una sonrisa sincera. -Pero bueno, vamos que Ed nos debe estar esperando-.

Fueron hasta la parada de autobuses donde estaba el tercero de su grupo, Ed, un chico más alto que los dos, también tenía pelo negro y ojos grisáceos, tenia un cuerpo algo corpulento por simple genética. De los 3, él era el más divertido.

Junto a él estaban sus demás amigo de barrio: Jimmy con su cabello rizado y una sonrisa perfecta gracias a los aparatos dentales que siempre usó de niño. Él estaba junto a su inseparable amiga Sarah, la hermana mayor de Ed, una rubia de baja estatura pero con un carácter explosivo que te hacía pensar lo que le dirías.

También estaban: Rolf, un chico interesante el cual tenía una familia de costumbres campestres y Jhonny junto a su tabla cuyo nombre era tablón, era un chico algo solitario y raro.

Cuando estaba viniendo el autobús Edd pudo divisar a Kevin junto a su mejor amigo Nathan. Estos dos eran los más populares por ser jugadores del equipo de fútbol americano, además ser considerados los más guapos. El primero era un chico musculoso por los deportes que realizaba desde niños, tenía el pelo de un color particularmente naranja el cual siempre escondía dentro de una gorra roja, poseía unos amenazantes ojos verdes cual jade. Hablando de su carácter era el típico cliché de chico rudo, mujeriego y frío quien cambiaba de chica cada una o dos semanas, aveces sólo duraban unos días. Siempre se lo podía ver luciendo alguna de sus chaquetas haciendo juego con sus Jeans.

A diferencia de Kevin, Nathan tenía pelo color turquesa, ojos miel, tez blanca y pecas en su rostro , era una de las personas más carismáticas y bromistas que había dejando claro que era una persona muy agradable de conocer. Físicamente hablando tenía el mismo cuerpo que Kevin, por algo eran los más deseados en el colegio. Lo único raro del ojimiel es que jamás nadie conoció a una pareja de este, si le preguntaba acerca de ello, únicamente respondía que aún no había llegado esa persona especial y que no se presionará para sentir amor por alguien, en términos de vestimenta también usabas Jeans y tenis a la moda con algún pullover con el cual resaltaba el cuello de las caras camisas que usaba debajo de este.