La torre a media noche

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Toda expectativa que Dalia pudiera haberse formado sobre las clases en Hogwarts en base a las historias de sus hermanas resultó ser un simple reflejo de la realidad del lugar. Salones con un aura de magnificencia impregnada en sus paredes de piedra, profesores que con una simple mirada podían afirmar ser tan sabios como ella los imaginara, pasillos llenos de alumnos durante los recesos charlando sobre sus respectivas casas o sobre el próximo partido de Quidditch. Pero lo mejor de todo era, sin lugar a dudas, que no estaba sola en aquel basto lugar que era la escuela. Taehyung la había esperado para ir al gran comedor a la hora del desayuno, y no se había separado de ella en ningún momento. El chico hablaba hasta por los codos, sino de su familia de su lechuza, o de algún amigo que hubiera conocido en las numerosas fiestas que su madre organizaba. 

 - ¿Sabes algo de Jungkook? -preguntó Dalia curiosa.

 - ¿El chico Jenkins? -Taehyung se volvió para mirarla, masticando con dedicación un palito de caramelo que se había guardado en el bolsillo del desayuno - Nuestras madres son primas segundas o algo por el estilo, pero apenas le he visto nunca -se encogió de hombros -. Mi hermano y el suyo llevan un par de años en el mismo curso y apenas se hablan. Dice que no se trata de que sea mala persona, sino que simplemente es... raro. 

 - Toda su familia era de Slytherin, ¿verdad?

 - Toda, desde que se creó su escudo familiar. Salvo la rama de la que desciende mi madre, ya sabes, la oveja Hufflepuff de la familia.

Dalia no pudo evitar solar una carcajada, Moonlight enroscándose con más ímpetu a su hombro para no caerse. 

 - Me da algo de pena -dijo el muchacho de pronto, haciéndola callar.

 - ¿Jungkook?

 - Está completamente solo.

Levantó la mirada en busca del susodicho. Sus ojos le encontraron a unos metros de distancia, inmerso en la lectura de algún libro que ella desconocía. Parecía la foto que pondrían en el diccionario al lado de la palabra solitario. Su encuentro de la primera noche en la sala común, sin embargo, hacía que se evaporara en el aire toda voluntad que tuviera de acercarse a él.

 - Ni siquiera he visto a su hermano acercarse a él -siguió Taehyung -. A fin de cuentas somos familia, supongo que debería ir a hablar con él.

Antes de que Dalia pudiera protestar y contarle cómo el muchacho parecía haber querido rechazar toda muestra de interés hacia su persona cuando ella quiso hacer lo mismo, Taehyung ya había salido disparado hacia donde Jungkook estaba sentado. Con esa extroversión que había aprendido que le caracterizaba se dejó caer justo a su lado, una sonrisa enorme cruzándole el rostro. Por algún motivo Dalia sintió que aquello no acabaría demasiado bien.

 - ¡Hola! ¿Jungkook, verdad? ¿Te acuerdas de mí? Soy Taehyung, ya sabes, tu primo lejano o algo así. Nos vimos un par de veces en las reuniones familiares de mi madre.

Jungkook levantó la vista de su libro casi confundido por la cantidad de palabras que acababa de escuchar. Pareció estudiar durante un momento el rostro de su recién llegado acompañante, para asentir lentamente unos segundos después.

 - ¡Genial! -exclamó el muchacho, su sonrisa más ancha aún si cabía - Oye, ya sé que debe ser raro para ti ser un Gryffindor y todo eso, pero mi amiga y yo también somos nuevos aquí.

El muchacho se inclinó lo necesario para ver a Dalia, encogiéndose incómoda, detrás de Taehyung. Jungkook frunció el ceño de manera casi imperceptible, haciendo que Dalia tragara saliva con dureza. ¿Por qué de pronto se sentía tan diminuta? Sin embargo, cualquier efecto que pudiera tener la mirada de Jungkook parecía no afectar a Moonlight, que de un ligero salto se posó en las rodillas del muchacho, haciéndole apartar el libro. Por la forma en que no rechazó el contacto del animal y en que sus facciones parecía relajarse, Dalia pudo confirmar que, como había supuesto en un primer lugar, si que le gustaban los animales. 

La Chica que Hablaba con Dragones [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora