Capítulo 10 - Sentimientos.

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Tom

Toqué la puerta de su casa. Necesitaba que alguien me escuchara y me ayudase a solucionar todo lo que está pasando por mi cabeza.
La chica rubia, más baja que yo, abrió la puerta con una sonrisa en el rostro.

- Hola, Tom. No te lo tomes a mal pero ¿Qué haces aquí? Pensé que irías a visita a tu... - Tenía una sonrisa pícara, y eso me ponía peor.

- Elimina ese "Tú", ella no es mía, y por lo que veo nunca lo será.- La interrumpí.

Su sonrisa desapareció. Abrió la boca de asombro y sus ojos estaban como platos.

- Wow, tranquilo, pasa, creo que tenemos de que hablar.

Saludé a la madre de Julia con un beso en la mejilla y a su padre con una apretón de manos. Julia me llevó a su cuarto, algo que a el señor Ross le disgustó un poco.

Me tiré en el pequeño sillón rosado de Julia.

- ¿Ahora que pasó? - Ella se sentó a mi lado y cruzó sus piernas.

- Hoy fui a el colegio de Alex y no fue tan bien como esperaba.- Suspiré.- Llegué y la vi con un chico francés de ojos azules, él la besó en la mejilla y ella respondía con nerviosismo, está enamorada, lo sé porque jugueteaba con un mechón de cabello. No pude soportar el enojo y terminé diciendo cosas horribles.

Ella me miró por un momento y suspiró.

- Tom, no tuviste porque haber reaccionado así, ¿Cómo crees que ha de estar Alex ahora mismo? De seguro está encerrada en un baño llorando porque piensa que su mejor amigo ya no lo es por culpa de sus estúpidos celos. Piensa un poco, ¿Fue correcto lo que hiciste? - Negué con la cabeza.- Tom, tienes que hablar con ella, arregla lo que hiciste disculpándote por el tremendo show que armaste allá.

- No puedo Julia, dije cosas tan horribles que ni siquiera espero que me vuelva a dirigir la palabra otra vez. Hasta aquí llegó mi amistad con Alex.

Julia frunció el ceño y bufó.

- ¿Eres idiota o que te pasa? Deja de lado tu orgullo y ve a hablar con ella de una vez, no permitiré que esto pase a peor.

- Ya te dije que no lo voy a hacer, y no es por mi orgullo, solo voy a hacer lo que Alex quiere.- Cada palabra que salia de mi boca era triste ya que no podía pensar en otro sentimiento, estaba destrozado.

Un ardor invadió mi mejilla, como si me hubiera quedado, ésto sucedió porque Julia dió una cachetada.

- ¡Reacciona, Tom! ¡Ni siquiera sabes lo que Alex en verdad quiere! Piensas que la conoces mejor que sus propios abuelos pero estás muy equivocado. Deja de lado tu estúpido orgullo y por favor, por lo que mas quieras, deja de comportarte como un estúpido e imbécil machista.- Aunque me costara admitirlo ella tenía razón, me dolía todo lo que decía pero todo era cierto.- No tienes ningún derecho a enfadarte porque ella no te pertenece, no tiene que terminar contigo solo porque TÚ lo quieres, no eres dueño de su vida Tom. Si ella se hace novia de ese francés es porque le gusta mucho, pero ten esto en cuenta; es su decisión.- Esa fue la gota que derramo el vaso.

Todo dentro de mi se había derrumbado, todo se había vuelto escombros. Por mucho que me doliera Julia tenia razón y mucho más que eso, no tengo ningún derecho a enfadarme con Alex, ella no me pertenece. Justo como lo dijo Julia.

No pude evitar sentirme como un estúpido, un completo idiota. Tampoco pude evitar llorar.

- Parezco idiota.- Me dije la verdad a mi mismo entre lágrimas.-, ¿Cómo pude caer tan bajo, Julia?

- Mi intensión no es herirte, pero debes comprender que Alex no es tuya y tiene que hacer de su vida lo que le de la gana.- Puso una mano en mi hombro.- Ve a hablar con ella, Tom.

La miré y la abracé como un instinto. Ella correspondió con el abrazo, y así estuve por un rato, llorando en los hombros de Julia.

Me fue de gran ayuda el haber venido a hablar con Julia, ahora me siento vivo de nuevo, no exactamente como antes pero lo suficiente como para ir a hablar con Alex.

Me despedí de Julia y partí hacia la casa de Alex.

Caminé por un largo rato y por fin llegué a la casa de mi amiga. Respiré hondo y me estiré, estaba preparado para cualquier cosa.

Toqué la puerta de su casa, comencé a ponerme ansioso. Sequé mis manos sudadas en mi pantalón y volví a respirar hondo. La abuela de Alex fue quién abrió la puerta y me relajé un poco.

- Hola, señora, ¿Está Alex?

- Hola, Tom. Si, está en su habitación, pasa.- Abrió la puerta más de lo que ya estaba y entré.

Me dirigí al cuarto de Alex y toqué la perilla de la la puerta. No estoy seguro de mi mismo ahora, tengo el mal presentimiento de que Alex me echará de su cuarto dejándome con las palabras en la boca. Olvidaré mis pensamientos y entraré. Giré la perilla y abrí la puerta lentamente, miré dentro del cuarto y Alex estaba acostada mirando su teléfono.

- Mhm... Alex.- Dije con nerviosismo. Alex reconoció mi voz y dio un pequeño brinco de asombro.

- ¿Tom? - Preguntó confundida.

Cuando dijo mi nombre se me hablaron los huesos, un frío invernal recorrió todo mi cuerpo. Inhalé y exhalé.

- Disculpame.- Esa palabra salió de mi boca sin pensarlo dos veces.-, no debí haberme comportado tan maleducadamente, no tenia el derecho de hacerlo.

- To... - La interrumpí.

- Solo quiero que me perdones y, antes de que me eches de tu cuarto, quisiera decirte que no importa si dejas de hablarme. Es tu decisión, igual para cuando elijas a un chico como tu novio, será siempre tu elección.

- Tom, tranquilo, no dejaré de hablarte ni mucho menos. Pero ten esto en claro: No todo va a volver a ser como antes.- Dijo fría, sin mostrar expresión alguna.

Quería hablar pero un nudo en la garganta me lo impedía. La había perdido, aunque no deje de hablarme la perdí para siempre. Ahora mismo quiero llorar, caer de rodillas en el suelo y llorar a mares, pero mi orgullo me lo impide.

Abrí la boca para hablar pero no salía nada.

- Lo... Lo siento.- Giré en mi propio eje y salí de la habitación.

Con paso apresurado llegué a la puerta y me fui, pero un llamado de Alex me detuvo. Se acercó a mi y quedamos frente a frente.

Me dio una cachetada. A Alex hay que tenerle miedo.

- Eso fue por insultar a Bennett, quien no tiene la culpa de tus problemas. Y esto.- Besó mi mejilla, lo cual hizo que me sonrojase un poco.-; es por tener el valor para venir a disculparte.- Corrió a la puerta de su casa y entró dedicándome una sonrisa.

Se que dije que la perdí, pero ahora veo las cosas de diferente perspectiva. Si la perdí, pero eso no significa que no la pueda recuperar de alguna manera.

¡Vamos, Tom, esta vez no lo arruinaremos!

×-×-×-×-×-AxelTheLel-×-×-×-×-×

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