Día 3

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SeokJin iba leyendo Shakespeare con dramatismo, elevaba y dejaba caer sus brazos con todo el arte que su entendimiento le permitía entender. Se sentía todo un niño mientras que el viento le golpeaba de frente.

Al llegar al paradero, se dio cuenta de que ya era obscuro, el reloj digital que estaba en el techo marcaba en letras rojas 5:39 pm. Suspiró aliviado.

Pasó un poco más de páginas hasta que terminó el libro. Suspiró aliviado, hasta que antes de sentarse observó la mirada de el moreno en él, lo miraba como un búho. Gritó del puro susto.

El pelimorado comenzó a reírse escandalosamente. Y la cara de Jin fue un completo tomate, se sentó en la grada aun con la risa del contrario.

—¡Hubieras visto tu cara!. —Jin se tapó la propia con el libro. —Dios, perdona.

El silencio reinó por minutos, minutos en los que Jin aun seguía oyendo las leves carcajadas del otro chico y su sonrojo disminuía.

Se quitó el libro de la cara y miró el piso frente a él, la bruma avanzaba lentamente y eso le gustó.

—¿Te gusta la lluvia?. —Preguntó el otro chico.

—S-si, es inspiradora.

—Es perfecta para escribir historias, tomar café y escuchar musica.

Y eso fue exactamente lo que hizo Jin al llegar a casa.

Un encuentro -no tan- clichéWhere stories live. Discover now