3

5.4K 951 130
                                    

Esa noche, el teléfono junto a la cama de Charles suena. El operador le pregunta si acepta los cargos por la llamada, y Charles accede apresuradamente.

"Charles," dice una voz que no ha oído desde Cuba.

"Erik," dice en respuesta, luego busca a tientas lo que quiere decir a continuación, pero la preocupación que ha sentido estos últimos meses lo supera todo. "¿Todo está bien?"

Hay una larga pausa, y entonces Erik ignora completamente su pregunta. "¿Cuánto tiempo estarás en el hospital?"

Charles se estremece. Erik debió haber llamado a la mansión y conseguido la información de alguno de los muchachos. Si Erik no sabía de su parálisis antes, probablemente ya lo sabe. "Hasta la próxima semana, es lo más probable."

"Pero volverás a casa después de eso," dice Erik, como si tratara de tranquilizarse a sí mismo.

"Eventualmente," dice Charles, pero hay algo en la forma en que Erik se refiere a la mansión como su casa que hace que su voz se quiebre un poco.

"¿Qué quieres decir con eventualmente?" dice Erik, sonando suspicaz y protector, y eso es dolorosamente familiar.

Charles suspira. "Me quedaré en la ciudad para mi terapia física. Voy a traer a los chicos conmigo. Si necesitas— si alguna vez necesitas un lugar para quedarte por un tiempo, eres bienvenido en la mansión mientras no estamos."

"¿Por qué?" interrumpe Erik, pero Charles oyó la vulnerabilidad en su voz, el desconsierto, como si sinceramente no pudiera imaginar por qué Charles le ofrecería tal cosa. "¿Dónde te alojas, entonces?"

Charles vacila, porque él va a ser un huesped, y no parece una buena idea decirle. "En una casa en Manhattan."

"La dirección," dice Erik, y Charles piensa que lo escucha destapar un bolígrafo.

"Erik, no creo que— " murmura Charles.

"¿No me dirás dónde encontrarte?" pregunta Erik, y suena un poco herido, y eso patea la fuerza que ha crecido dentro de Charles después de la batalla.

"Tú has sabido dónde encontrarme durante seis meses," dice Charles. "No parecías estar particularmente interesado."

"Charles..." Erik realmente suena herido esta vez. "No lo sabía, te lo juro." suspira entonces, suena destrozado.

"No hay nada que pudieras haber hecho, de todos modos," responde.

Erik se hubiera limitado a preocuparse, a alterarse y a ahogarse en culpa. Ya había hecho tal escándalo una vez, con unas migrañas ordinarias, como si fuera un padre que debe cuidar por primera vez a su hijo recién nacido, totalmente incapaz de pensar racionalmente.

"Si no me dices dónde vas a estar, dime que estarás a salvo," dice Erik, casi suplicando. "Al menos dime eso."

"Erik," dice Charles, y se maldice interiormente por aún dejar que Erik lo haga sentir como ahora, incluso después de todo lo que pasó. "No es que no quiera decírtelo."

Hay silencio en el otro extremo de la línea, y luego Erik dice en un peligroso gruñido, "¿Estás en peligro?"

"¡No!" Grita Charles, y podría patearse a sí mismo, porque por supuesto que Erik va a encontrar la negación instantánea extremadamente sospechosa. "Estoy bien, perfectamente bien, te daré un número de teléfono en donde puedes contactarme."

"Adelante," acepta, y si Charles hace que Erik le repita el número dos veces sólo porque quiere escuchar su voz por un poco más de tiempo, ese es asunto suyo.

Took Me By Surprise // CherikWhere stories live. Discover now