-¿Puedo pasar? –pregunta Len al fin.
-Adelante.
Estoy sentada sobre mi cama con el camisón ya puesto. Len entra en la habitación y cierra la puerta tras él. Sus ojos me recorren brevemente de arriba abajo antes de acercarse a mí.
-Buenas noches –me dice. Y me da un beso en la frente.
Yo le agarro del chaleco cuando se da la vuelta.
-Len, quédate –le pido. Ayer quise que se quedase conmigo pero hoy lo deseo más que ayer. Y mañana más que hoy y cada día lo ansiaré un poco más.
Len se da media vuelta, se arrodilla ante mí y me besa el dorso de la mano que me sostiene. No me hace falta mirarme a un espejo para saber que me he ruborizado.
Sin mediar palabra camina hacia la puerta. Cuando su mano está a punto de alcanzar el picaporte, yo salgo corriendo y me abrazo a su cintura.
-¡Len, no te vayas! –le suplico.
Len se da media vuelta y me envuelve entre sus brazos. Tengo la puerta muy cerca así que, esperando que Len no se percate, echo el pestillo.
-¿Por qué tanto empeño en que me quede, Rin?
No sé qué responder. No sé cuál es la respuesta. O quizá simplemente no quiero confesárselo a Len.
-Me da miedo dormir sola –me invento.
-Si no me dices la verdad tendré que marcharme.
-¡Es la verdad! –Sin poder controlarme, golpeo varias veces el pecho de Len con los puños-. No quiero que me dejes sola.
Len se separa de mí, me agarra de los brazos y empieza a caminar rápidamente hacia mi cama, arrastrándome con él. ¡¿Qué va a hacer?! ¿Acaso quiere hacerme algo pervertido?
Len me tumba sobre el lecho y... ¿me arropa? Se sacude las manos y acerca una de ellas a la lamparita de la mesita, que está encendida.
-¡No! –Le detengo mientras salgo de debajo de las sábanas-. No apagues la luz todavía. Me da miedo quedarme a oscuras.
-Está bien. Pues cuando te sientas preparada apágala tú. –Y se pone en pie.
No puedo dejar que se vaya. Tengo que impedirlo a toda costa, así que le agarro con fuerza del chaleco, lo tumbo sobre mi cama y me pongo a horcajadas sobre él.
-Rin, ¿qué estás haciendo? –me pregunta sorprendido.
-¡No puedes irte! Te he dicho que me da miedo.
Len me sonríe cariñosamente y me pone una mano en la mejilla.
-¿Ahora resulta que te da miedo la oscuridad y quedarte sola? Esta no es mi princesita.
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Rin X Len - Adolescence
RomanceRin y Len son dos hermanos gemelos unidos por lazos muy fuertes. Pero el amor que sienten el uno por el otro no es sólo un amor fraternal. Descubre desde el punto de vista de cada uno cómo reaccionan cuando se dan cuenta de la existencia de esos sen...