Capítulo XXIV - "¿No te enseñaron que no debes tocar las cosas ajenas, muñeca?"

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Era vienes otra vez, y la maldita semana se me había pasado tan lenta. Todo había sido un horror. Desde la partida de Ally, hasta Lauren diciéndome que dejara de ser melodramática porque ella volvería, luego yo gritándole que era una estúpida, luego yo corriendo hasta mi habitación y cerrando de un fuerte portazo para expresar mi absoluto enojo hacia su persona. Y ni contar que Dinah seguía haciendo como que no existía en la escuela, ignorándome cada vez que nos cruzábamos en el pasillo, porque claro, ella era demasiado popular y misteriosa y vampirezca como para hablar conmigo y que alguien la vea. Porque era fea. Y gorda. Y estúpida.

Lo único bueno, habían sido los mensajes que Ally me enviaba desde Francia, diciéndome que allí todos eran bastante distantes y fríos, sin contar con las francesas, que eran bastante putas para estar en un internado católico. Claro que cuando me dijo eso, no pude evitar escribirle 'Si llegas a acostarte con alguna voy a cortarte las tetas', a lo que ella contesto 'Jamás podría acostarme con nadie sabiendo que mi "Amiga" está esperándome en Oak Minds' a lo que yo reía, porque claramente no había superado mi intento de ser amigas.

Por suerte, toda esta mierda de semana iba a terminarse en, aproximadamente, cuarenta y cinco minutos. Por supuesto que como el mundo me odiaba, la última clase del día era biología, lo que significaba que tendría que soportar la ignorancia de Dinah hacia mi persona sin poder estallar, claramente.

Caminaba hacia el aula de biología con mis labios juntos y fruncidos, mientras pensaba en todas estas estupideces que rondaban por mi mente. Rogaba con todas mis fuerzas que el señor Cowell siguiera enfermo así solo tendría que ver la cara de Dinah por unos segundos.

Entré al lugar con toda la multitud. Camila y Lauren ya estaban en sus puestos, hablando de estupideces, probablemente. Y sí, tal vez estaba loca, paranoica o era perseguida, pero podía jurar que la mirada de Dinah estaba fija en mí desde antes de cruzar la puerta.

Sin querer afrontar mis problemas, como usualmente hacía, caminé hacia Camila y Laur para saludarnos. Apoyé mis manos en su mesa cuando llegué y expulsé un fuerte suspiro que salió desde el fondo de mi garganta. Ambas me miraron.

- ¿Qué pasa Mani? ¿Problemas con la vida? - La relación con Camila últimamente había sido así, ella no hablaba de 'Ese' tema, así que yo tampoco lo hacía. Ignorarla me parecía lo más sano que podíamos hacer por Lauren.

- Ella tiene problemas con el mundo. - Una resplandeciente sonrisa salía de sus labios mientras me miraba como una niña pequeña, yo le saqué la lengua, porque claramente no se podía ser más infantil.

- Puede que sí, puede que no. - Respondí a la pregunta de Camila, apoye mis codos en la mesa y resoplé. - Tal vez extrañe un poco a Ally...

- ¿Tal vez? ¿Un poco? Ha estado lloriqueando toda la semana, ya no la aguanto.

Ay sí claro, porque ella nunca había llorado por alguna estúpida pelea con Camila. Claro, una amiga mía va a vivir al otro lado del mundo y no la veré por un año, por supuesto que no tengo derecho para llorar por eso. Además, ni siquiera había llorado, tal vez un poco deprimida o callada, pero no llorando.

- Tengo algo que puede aliviar todas tus penas. - Mila sonrió y yo alcé mis cejas con mi mano en mi barbilla.

- ¿En serio? ¿Qué? - Ella alzó sus hombros haciéndose la interesante.

- Comienza con 'V'. - Mis ojos brillaron y no sabía por qué, tal vez por el hecho de querer adivinar.

- ¿VODKA? - Camila y Lauren rompieron en una carcajada mientras veía como el profesor Cowell comenzaba a entrar por la puerta. Decidí ir a mi lugar, porque claramente no quería una llamada de atención por el Sr. Bigotes. Esto de ignorar a Dinah era tan divertido. Se veía tan tensa y enojada, era lo máximo. No pude evitar sonreír un poco, sólo para que no sospechara.

No digas que no te lo advertí. » NorminahWhere stories live. Discover now