Entretiempo

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Dedicado a @CherryLee13



Nuestro quinto cumplemes lo pasamos vagando por la ciudad en el auto. Aunque ya era plena primavera, casi verano, hizo frío durante todo el día. Fuimos a los lagos de Palermo a darles de comer a los patos, fuimos al Jardín Botánico a alimentar a los gatos...

—¡Llegó el delivery, chicas! —bromeó Tommy, vaciando una bolsita de alimento balanceado enfrente de cinco gatos hambrientos.

—Parece que mientras más cheta es la zona, más gayfriendly es el ambiente, ¿no? —comenté sentándome en un banco de piedra. A lo lejos había dos chicos gays que sin duda eran turistas; muy altos ellos y bien bronceados, despampanantemente rubios. Caminaban de la mano, sonrientes.

—Bueno, esto es Palermo —opinó Tommy.

—Palermo —exclamé abriendo los brazos—, donde podés ser puto mientras seas cheto.

Tommy esbozó una sonrisa torcida. A pesar de que el día estaba soleado y cumplíamos cinco meses de novios, no estábamos de buen humor. Había algo en el aire.

Por la noche, nos perdimos rumbo al hotel al que queríamos ir y terminamos cogiendo en el auto. Tommy era tan buen activo como pasivo. Como pasivo, podía relajarse y dejarse llevar. Como activo, me trataba con cuidado y sin apremio. No intentaba penetrarme sabiendo que no estaba del todo preparado, tenía paciencia para esperar que me relajara.

Esa madrugada, cuando me senté sobre él, por primera vez me sentí inseguro de mi cuerpo. Tommy tenía contextura de bailarín. Ya había recuperado bastante peso y, con él, su masa muscular. Se le torneaban los bíceps cuando me rodeaba con los brazos. Cuando yo lo embestía, sentía sus glúteos duros.

—¿Qué pensás, mi amor? —me preguntó luego de que acabáramos, acariciándome la mejilla con la nariz.

Me mordí los labios.

—¿Te parece que... estoy bueno?

Abrió los ojos y parpadeó sorprendido. Frunció las cejas y empezó a sonreír.

—Sí. ¿Por?

—Por nada...

—No. Ahora me contás. —Y se me sentó arriba, con cuidado de no golpearse la cabeza contra el techo del auto. Su pene tibio, fláccido ahora, me acarició el vientre.

—Nada. Es que... no sé. A veces me veo y no me parezco muy... atractivo físicamente.

Se acomodó y se echó un poco hacia atrás. Me miró serio, inquisitivo, como si intentara atravesarme con los ojos.

—Sos atractivo, siempre me lo pareciste. No sé qué más decirte porque sabés que yo no estoy con vos solo porque me gustás físicamente. Si estuviera con vos por eso, te habría mandado un whatsapp esa noche que te declaraste...

—No tenías celular, ¿te acordás?

—Bueno, te habría mandado un mensaje por Facebook. Me gustás, cojamos. Listo. Pero no.

Sonreí y le aparté un mechón de pelo de la cara.

—No.

Tommy se bajó de mí y se apoyó contra el asiento. Se rio bajito y señaló algo a lo lejos. Era un cartel luminoso con la leyenda de HOTEL. Frente al hotel había un edificio de oficinas a medio terminar; los muros de espejo reflejaban las luces nocturnas.

—¿Vos? ¿Qué pensás?

Tommy suspiró. Tenía la mirada perdida en la noche.

—En que tengo que conseguirme un laburo para ayudar a mis viejos —susurró mirando el edificio de espejos, repleto de carteles de SE ALQUILA—. Así se relajan un poco con las cuotas del departamento...

Me sentí un imbécil. Tomás pensando en ayudar a sus padres y yo pensando en si estaba lo bastante bueno. 



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Gracias por leer, gente ;) 

Bueno, como les avisé ayer, la semana que viene me voy de vacaciones así que no va a haber actualizaciones. Los voy a extrañar <3 

Les dejo un besito y nos leemos el viernes!

Mi cielo al revés (terminada)Onde histórias criam vida. Descubra agora