Amores Peligrosos

Miedo

MIEDO

1.

Sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario.

2.

Sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea.

No había una definición que encontrara Minho en ese momento. Sentado en su cama, con las manos en su cabello, temblando como una hoja en el viento. Su cuerpo no le respondía, su cabeza estaba en un estado de shock que no entendía, y su corazón, su corazón no podía estar más acelerado después de una carrera de obstáculos en las olimpiadas.

Solo podía atribuir todo aquello que sentía en su pecho, la boca del estómago, la garganta y todo su ser, que era miedo, terror a lo que venía venir. Miedo a lo desconocido, miedo también a todos esos sentimientos que albergaban en sus tripas. Miedo a esa sensación de bienestar al estar cerca de ese chico llamado Taemin, o demonio, o lo que fuere.

Un gran alivio sintió cuando sus lágrimas corrieron por su rostro. Sollozos fuertes que salieron de su nudo en la garganta. Estaba tan confundido, no quería creer todo lo que le habían dicho, no quería pensar en que ese dulce niño era un ser que él creía que no existía. No quería aceptar que estaba enamorado hasta el culo de una persona que no conocía. No quería reconocer que lo deseaba, y no de una manera banal, no, era un deseo más fuerte que él .Un deseo que sobrepaso ese día en el hospital, un deseo que casi hace que pierda la vida en un suspiro.

Su puño estaba cerrado en aquel pomo de la puerta, no sabía cuánto tiempo había estado ahí pensando en entrar o no. Un sonido dentro lo hizo pasar de inmediato y fijarse en el cuerpo inerte de Taemin en el suelo. Lo tomo en sus brazos y la convulsión que Taemin dio fue tan fuerte que lo aventó al suelo de nuevo a él y a Minho.

Toco el timbre de las enfermeras y estas llegaron segundos después. Levantaron el cuerpo de Taemin aun dormido, flojo. No hizo ningún movimiento como el que hizo hace un momento con él. Minho se mantuvo un poco alejado mientras las enfermeras hacían su trabajo. Vieron a Minho de soslayo y le preguntaron que había ocurrido.

- No lo sé. Cuando entré estaba en el suelo, lo intenté subir pero convulsionó de nuevo y ya no pude hacer nada, por eso les llamé

- Está bien joven no se preocupe, suelen hacer eso las personas en coma. En un momento le llamamos al doctor para que lo cheque y usted quede más tranquilo. Le traeré un calmante

La enfermera al ver a Minho temblando, con el rostro pálido y jugando con sus dedos, se dio cuenta del nerviosismo de este. Le dio una pequeña palmadita en el hombro y le sonrió de manera afectuosa. Salieron de la habitación dejando a un Minho en la esquina más alejada de la cama. Se acercó dos pasos, después otros dos .Su cuerpo se mantenía estático, pero su mente quería acercarse más. Tomo el valor y camino más hacia la cama, estando cerca una pequeña convulsión por parte de Taemin y de nuevo un Minho estático.

Solo lo observo, una respiración acompasada seguida de un rostro apacible, parecía un ángel durmiendo. Sus labios entreabiertos, esponjosos y un poco pálidos. Sin darse cuenta de la situación, Minho estaba tan cerca de esos labios que su aliento los entibio. El rostro de Taemin lo tenía tan cerca que no alcanzó a reaccionar cuando Tae abrió los ojos. Esos ojos negros de nuevo, lo miraban con una gran profundidad. Y de nuevo, sin pensarlo, lo tomo del rostro y dio un leve roce a esos labios que lo llamaban. Taemin abrió su boca para dejar entrar la lengua de Minho, un beso voraz por parte de ambos, olvidando por completo donde estaban. Su saliva se mezcló y una fuerte erección en ambos salió a flote.