Visita inesperada.

3.3K 224 28
                                    


Capítulo 29

Estoy segura de que no es un colapso nervioso, estoy segura de que no estoy loca, sé perfectamente que es ella y que Elena me está ocultando muchas cosas. Es obvio que la vi, estoy muy segura de qué es así y evidentemente la única que de alguna manera me pueda dar una respuesta es ella. Ella es la que se supone que siempre estaría en contacto con mis padres, no puede ocultármelo más, la acabo der estoy segura de que acabo de verla.

Respiro profundo, prefiero dejar de pensar en eso para que me pase el terrible dolor de cabeza, además tengo que calmarme para ir a ver a Luck así Matías me diga que lo mejor es que vaya a casa, pero de ningún modo voy a dejar a Luck en esta situación, está todo un manejo de nervios por lo que lo oí. Me paro de la silla y veo que Matías me da una mirada desaprobatoria, yo simplemente sigo haciendo lo mío para poder ir en busca de Luck. Respiro profundo, intento dejar de pensar en aquella señora en silla de ruedas, porque ya me dijeron que no, que no hay ninguna paciente con las características que brindé, así que solo me queda calmarme e ir acompañar a mi amigo en esta situación un poco inmanejable para él.

- Si quieres yo puedo quedarme con él – se ofrece de la nada en quedarse con él y se me hace extraño por lo que paso apenas algunas horas, demasiadas cosas por hoy – ¿Sabes Sofía? Es mejor que descanses un poco más – niego con la cabeza de inmediato, no puedo dejarlos a ellos solos. Además, soy yo la más cercana a Luck.

- No, yo iré – respondo tajante y segura – además, tú no te llevas bien con él – lo miro obvio – y no creo que te quiera en estos momentos a su lado – me encojo de hombros – después de todas las veces que se han cruzado y no ha ido tan bien.

En camino a la habitación por el pasillo donde se encuentra Luck, al llegar lo veo sentado frente a la habitación 201 pero ya con un poco más de calma. Me acerco a él y me siento a su lado. Su rostro tiene pequeñas gotas de sudor cayendo, apenas ya visibles, su cuerpo esta tenso y sus ojos fijos en sus manos entrelazadas que se apoyan sobre sus piernas. No entiendo tanto la preocupación o nerviosismo, supongo que cuando esté en su lugar estaré peor que él. Aunque no voy a negar que sus nervios son contagiosos y así no tenga por qué afectarme esta situación él logra ponerme en su lugar de una u otra manera.

- ¿Luck? – creo que aún no nota mi presencia – veo que ya estas más tranquilo – voltea su cara y sus ojos negros profundos, con un brillo inusual que puedas encontrar en él, impactan directamente en los míos y sonrió por inercia.

- Sí – afirma mostrando tranquilidad – ya estoy controlándome – se encoge de hombros – además ¿Qué podría salir mal? – me pregunta mientras no puedo dejar de ver sus piernas inquietas, no dejan de moverse y eso no refleja lo que dice en cuanto a sus emociones.

- Sí, todo va estar bien – intento a calmarlo para que pueda estar quieto con totalidad – seguro que en unos minutos los doctores saldrán y te dirán como esta ella – apoyo mi mano en una de sus piernas para transmitirle un poco de calma por consecuencia de mi acto, deja de moverla, sonrió de lado al ver que si ha funcionado.

- ¿Sabes Sofía? – me mira con angustia – tengo demasiado miedo que pueda pasarle algo y al bebe – suspira pesado – es que el ginecólogo aquel día que vinimos nos dijo que el embarazo... – y no logra culminar su oración debido a que Matías nos interrumpió, como siempre suele hacer, casualmente podemos decir que se le hace costumbre. Pero antes de que pudiera articular alguna palabra, vemos al doctor llegar y nos paramos de inmediato, posiblemente viene con novedades, roguemos porque sean cosas positivas.

El doctor llego hasta nosotros y Matías señala a Luck, para que el doctor sepa que es él el "pariente" más cercano, mientras yo no dejo de mirar a lo lejos por lo que sea que le digan ahora, no sé cuál será la reacción de él. El ambiente se pone tenso y esta conversación me parece eterna, pareciera que cada gesticulación de las palabras que dicen, es cada vez más lenta. Matías los rodea hasta llegar a mi lado.

- ¿No crees que están tardando mucho? – susurra Matías.

- Creí que estaba imaginando – dirijo mi mirada hacia él – a mi parecer ya es un buen tiempo, mira a Luck está más tenso de lo que lo habíamos encontrado – respondo, por lo visto no parecen ser buenas noticias.

- Sí, Sofía – lo miro – a mi parecer hay más problemas de lo que parecen en este parto – no entiendo, ni quiero llegar a deducir lo que Matías pueda insinuar.

Puede que Matías tenga razón, los nervios de Luck van más allá, incluso al miedo por lo que me dijo. Los embarazos pueden ser riesgosos para algunas mujeres al punto de llegar a perder su propia vida o la del bebe, incluso hay casos en los que los dos mueren. Pero este no creo que este el caso, por algo fueron al ginecólogo y se supone que él les dice todas las precauciones para su embarazo y como lo llevan, no, no y no me niego a creer que algo grave puedan estar diciéndole ahora mismo.

¿Sabes Sofía? Tengo demasiado miedo que pueda pasarle algo a Fiorella y al bebe – suspiro pesado – es que el ginecólogo aquel día que vinimos nos dijo que el embarazo...

¡Oh mierda! Ahora entiendo todo, el nerviosismo excesivo, el miedo y el no estar tranquilo es por eso. Fiorella está teniendo un parto riesgoso y ellos sabían que esto sería así.

Luck se acerca a mí y la cara que trae no hace más que confirmar todos esos pensamientos negativos que rodean mi cabeza. Se sienta a mi otro lado y no hace nada no se inmuta en lo absoluto. El doctor quiere hablar con uno de nosotros, prefiero que lo haga con Matías mientras yo trato de hablar con Luck, así que le hago una seña y el la entiende y va camino hacia el doctor.

- ¿Luck? – intento llamar su atención, me paro de la silla y me acerco más a él, me pongo de cuclillas y lo miro directamente a los ojos, agarro sus manos que están completamente heladas e inquietas. Todo su cuerpo emanaba tensión y solo puedo sentir malas energías, es obvio que la noticia le ha chocado.

Él simplemente al sentir mis manos junto a las suyas, se estremece y llora, las lágrimas no dejaban de caer por sus mejillas, sus manos soltaron las mías y las forma en un puño, las contrae demasiado al punto de ver sus venas y su rostro tornarse rojo al igual que sus profundos ojos negros, no pudo más y soltó sus gemidos a pedida de auxilio, esos que te salen cuando tienes un terrible dolor en el corazón y sientes que no hay mejor cura que solo llorar, gritar, agarrar tu almohada y solo contraerla en tu pecho como si fuera lo único que podrías abrazar y donde hallarías mejor consuelo. Lo entiendo perfectamente, así es como sentí mi corazón partirse en cuanto me resigne a aceptar que mis padres ya no volverán, que ahora solo iba a ser yo sola, afrontando el mundo, sobre todo mi mundo donde peor cosa no podría pasarme.

Se levanta del asiento y grita lo más fuerte que puedo – un grito que hizo que llamara la atención de todos los presentes en la sala de espera – no deja de llorar y golpear la pared. Luck ha perdido por competo el control de sí mismo, yo no sé en lo absoluto que hacer. Miro a mi alrededor en busca de Matías, pero no lo encuentro. Me levanto del suelo en dirección a Luck para intentar calmarlo y comprender lo que había pasado, que suponía que era, pero no quería confirmar. A unos pasos ya de él, alguien me retiene del brazo.

- Déjalo que se desahogue, mientras no haga nada contra sí mismo ni contra los demás es mejor no intervenir – esa voz se me hace completamente extraña, volteo y veo a una mujer de tez blanca, ojos negros, casi de mí mismo tamaño, cabello negro profundo, los labios marcados de un color rojo mate hermoso. Una señora de unos cuarenta años, muy guapa me sostiene el brazo – lo conozco perfectamente, sé que el necesita hacer lo que está haciendo – estoy completamente confundida, no sé quién es ella, aunque tiene un parecido a Luck. Por lo que sé él es huérfano de madre y nunca vio a su padre ya que lo abandono cuando apenas era un recién nacido.

Me dirige hacia una silla en la donde me calma y me dijo que esperara allí que ella se encargaría de su sobrino, que no me preocupara que podía calmarlo. Ni me dijo su nombre solo se fue en dirección a Luck, veo como lo agarra de la mano, lo lleva hacia la última silla de la sala de espera y empieza a hablarle, su cuerpo de lo denso que se veía, pude ver como se relajó por completo. Siento las manos de alguien sobre mis hombros dirijo mi mirada hacia arriba y veo el rostro de Matías que no expresa ninguna respuesta a mis dudas, sigo sin entender lo que pasa exactamente y al parecer les cuesta a muchos decirlo.

El Hijo de mi NiñeraWhere stories live. Discover now