En silencio

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Aquellas fueron las palabras que más me dolieron, peor que si me hubiera pegado un rayo. Él no era consciente de la herida que había abierto con solo un mensaje aquella madrugada de viernes. Aquel día que para mi mala suerte amanecía gris debía volver a mi casa ya que estaba de visita de mis padres, mi bus salía a las dos de la tarde. Eran las diez de la mañana y aun sin haber podido dormir en toda la noche, tenía que poner mi mejor cara delante mi madre, cuando todo lo que sentía era una mezcla de dolor, tristeza y bronca.

Charlábamos con mi madre de cosas triviales, los días que había pasado con ellos, los días en la playa, ya que era verano, finales de enero para ser más exacta. Iba todo muy bien hasta que lanzó la pregunta.

Estas bien? Te noto rara

Sisi no pasa nada solo que dormí poco. Respondí para no dar explicaciones

Por suerte y conociéndome no preguntó nada más, aun que sé que no es tonta y se lo imaginaba. Preparé mi bolso entre idas y vueltas llegaba la hora de partir, mi madre me llama un taxi para ir a la terminal, me ayuda a cargar mi bolso, el cual volvía más pesado de lo que había ido. - Madres!! Pensaba para mis adentros. Ella siempre que me veía, e incluso mi padre, me decían que estaba delgada. - seguro por no comer. Decía mi padre. Y me compraban comidas envasadas para que me llevara a casa. La verdad viviendo sola pocas ganas de cocinarme tenia usualmente era lo más rápido, ensaladas, pastas y a decir verdad andaba mucho ya que al no tener a nadie en la ciudad en la que vivo no puedo contar con nadie para que haga nada por mí.

Ya en el bus me esperaban largas seis horas de viaje en las que rogaba poder dormir, pero en mi interior sabia que eso era una misión imposible, hace años no logro descansar cuando viajo ni de día ni de noche. Mientras veía el paisaje, muy familiar para mi, nada había cambiado, solo pensaba en aquellas palabras que me destrozaban el alma, recordaba de a tramos la conversación que esa noche habíamos tenido con él, y un nudo se hacía en mi garganta, las lagrimas caían como si tuvieran vida propia. Era lógico tanto tiempo haciendo como que no pasaba nada, ahora que estaba sola podía desahogarme. Por suerte nadie miraba, que papelón!

Sentía que estaba en una nebulosa suspendida en medio del universo sin nada bajo mis pies, esa era la sensación que él me dejó. Mis emociones iban desde el dolor profundo y el deseo de dejarme caer y la bronca indomable, como un caballo salvaje, con sed de venganza, y de devolverle el favor haciendo que sufra lo mismo que yo. Pero era inútil sabía que si lo hería me dolería más a mí y eso sería aun peor.

Amor bipolarWhere stories live. Discover now