Dos

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Llegué a casa con un insoportable dolor, estaba casi segura de tener al menos una costilla rota.

Tomé algo de dinero y decidí ir a revisarme al médico.

Llegué a una pequeña clínica cerca de mi casa, y le explique a la recepcionista lo que me había ocurrido, era una mujer mayor y se compadeció de mi dándome un analgésico mientras me hacían la toma de signos vitales y esperaba a que un doctor pudiera revisarme.

Unos minutos mas tarde fui llamada a pasar al consultorio.

-Buenas tardes -dijo el médico que me había recibido mientras leía la hoja que le habían pasado con mi nombre y otros datos -¿Qué le ocurrió señorita Carston?

-Bueno, estaba atando mis cordones y un tipo no me vio y literalmente me arrolló con su bicicleta.

-¿Y él no se ofreció a acompañarla? -el doctor inspeccionaba mis costillas con sus manos -Pudo haber sido grave.

-En realidad parecía muy apurado. -le resté importancia.

-Bueno, lo importante es que no pasó nada grave, no tiene huesos rotos, solo el golpe y con los analgésicos que recetaré estará como nueva en un par de días.

El médico escribió mi receta y me dio otras indicaciones, como no hacer esfuerzo y guardar reposo al menos el fin de semana para que el dolor pasara mas rápido.

Salí de la consulta y me dirigí a la farmacia en la clínica, pedí mis medicamentos y un poco más tranquila me fui a casa.

Como ya era de noche me recosté, no podía dejar de pensar en los ojos de fuego del idiota que me atropelló.

¿Viviría cerca? ¿Estudiará en la UCLA? ¿Sería así de grosero siempre? ¿Tendría novia?

Varias preguntas giraban por mi cabeza, y poco a poco fui cediendo al sueño.

Sábado, glorioso sábado interminable.

Los sábados era mis días favoritos, podía despertarme temprano y dormir muy tarde, era un día que podía utilizar para hacer todo lo que no me dio tiempo en la semana y así comencé.

Aún me dolía el golpe de la bicicleta, pero no me impidió hacer las labores de casa, era un lugar pequeño y acogedor de una sola planta, así que hacer los quehaceres era en cierto modo sencillo.

Termine al medio día y como debía descansar pensé que un día en la playa me vendría de maravilla.

Tomé lo necesario para pasarla tranquila y emprendí mi camino a la Playa de Santa Mónica.

El sol en California algunas veces era sofocante pero el viento de este día lo hacía perfecto.

Al llegar finalmente a la arena extendí mi toalla y puse una sombrilla.

Con mis audífonos puestos y mucho protector solar me recosté a disfrutar de una tarde tranquila.

Desperté un rato después, mi estomago gruñía, así que me levanté, despacio por el dolor de costillas que aún no desaparecía y caminé por la playa en busca de un food truck* y finalmente divisé uno que vendía hamburguesas.

Caminé hasta el lugar y observe el menú un rato, pediría una hamburguesa sencilla con queso y un refresco de cola.

Ya con mi comida en mano regresé al lugar donde había dejado mi toalla y sombrilla.

Comí viendo el mar, era espectacular y relajante.

Volví a mi casa en la noche, y vi un programa de televisión hasta quedarme dormida.

Había sido un día agradable.

Al día siguiente fui de compras, tenía que tener todo listo para empezar las clases el lunes, dejar comida preparada para toda la semana y conseguir algunos materiales que me harían falta.

Era domingo así que los centros comerciales estaban llenos, había pocos turistas por que era temporada escolar, pero aún así eran suficientes para llenar la ciudad.

Tenía mis compras en unas cuantas bolsas repartidas entre mis manos, así que cuando sonó mi móvil tuve que dejar todo en el piso y responder.

-Aló.

-Hola Shaily -escuché la voz de mi tía Ann -¿Que tal va todo?

-Excelente, mañana retomaré las clases. -Sonreí, mi tía Ann era como una segunda madre, había aceptado cuidarme sin poner ningún pero y siempre me había dado todo lo que podía, yo no tenía primos, mi tía jamás pudo tener hijos, así que todo su potencial maternal recayó en mi en cuanto fui a vivir con ella.

-Me da mucho gusto Shai, aquí en casa ya te extrañamos mucho toto y yo.

-Yo también los extraño -mentí, para nada extrañaba al pequeño chihuahua de mi tía, era una fiera en tamaño micro que solo ladraba, temblaba y lanzaba mordidas de piraña. -Iré a verlos en vacaciones de invierno, lo prometo.

-Estaremos felices de recibirte cariño, cuidate mucho por favor y no te olvides de la vieja tía Ann.

-Jamás haría eso -lancé un beso al movil -Te quiero tía.

Mañana iniciaría clases, todo salía de acuerdo al plan.

*Food Truck: Camión de comida. Muy comunes en playas y lugares turísticos, regularmente venden comida rápida a un bajo costo.

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