Desde el momento que te vi

Tu nombre

Me acabo de preparar un café ya que la noche esta tan hermosa y el marrón de esta bebida me recordó tus hermosos ojos.

-Te presento a Guillermo-. me dijo Severo, tu mejor amigo, con quien eran como hermanos, mientras se reía en complicidad con Adriana, claro ya se habían dado cuenta de mi cara colorada.

Levanté la mirada y ahí vi esos ojos deliciosos con una sonrisa desordenada pero fascinante, todo tu rostro resplandecía, fue ahí que pensé que eras el hombre con el que me quería casar, ¡ y pensar que no quería saber nada de hombres!

Había pensado ser monja aunque después de haber tenido uno o dos noviecitos de adolescente se me había pasado un poco el raye de ser monja, ahora definitivamente no lo quería ser.