"El mundo, mi familia y yo estamos a punto de morir. No pienso permitirlo, tienen mucho por qué vivir. A uno de ellos le arruine la vida y ahora está a punto de perder disfrutar lo que resta... Debe haber otro modo. Haré un último trato".
Stanley Pi...
"What if I'm far from home? (¿Qué pasa si estoy lejos de casa?) Oh brother, I will hear you call (Oh, hermano, oiría tu llamada) What if I lose it all?
(¿Qué pasa si lo pierdo todo?) Oh, sister, I will help you out (Oh, hermana, te echaría una mano) Oh, if the sky comes falling down, for you, there's nothing in this world I wouldn't do (Oh, si el cielo se derrumba por ti, no habría nada en este mundo que no haría)"
Avicci (Hey, brother)
*Los esfuerzos parecían vanos. Se encontraba encerrado en una jaula con otra persona. La situación, critica.
-¿Qué vas a hacer?
-Voy a jugar la última carta que nos queda. Dejaré que Bill entre a mi mente.
-Debe haber otro modo- trató de hacerlo razonar.
-No lo hay. Sólo así te salvaré a ti y a los niños.
-¿Y si entra a mi mente?- señala su cabeza -no sirve para nada.
-Ahí no hay nada que él quiera- suelta una risa.
-Tengo una idea- lo mira decidido.
Después de intercambiar ropas, siente una mano en su hombro.
-Sé que me odias, pero, después de tantos años, por esta vez; confía en mí. Todo saldrá bien.*
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Despertó de golpe. El joven tenía la rara costumbre de mirar hacia abajo, como si otra cama estuviera bajo la suya y alguien recostado en ella. Se levanta con pereza a contemplar lo que hay en su entorno. En una repisa se encuentran sus trofeos de box siendo campeón ocho años consecutivos, listones y reconocimientos por sus sorprendentes proyectos de ciencias; diplomas que ameritan su gran intelecto, posters de Tesla, Einstein y otros científicos que admira (en vez de grupos musicales de la época, como todo joven de su edad tendría), tras la puerta sus viejos guantes de cuero (siendo gracioso recordar como en sus lecciones perdió la mayoría de sus dientes de leche) y en el buró tapizado de libros está la fotografía en la que abraza a una joven morena; su novia, Carla McCorckle, la única chica que lo aceptó sin importarle su polidactilia o que fuera un "ratón de biblioteca". Antes de analizar el sueño, la voz de su padre lo regresa a la realidad:
-Stanford, date prisa que se nos hará tarde para dejarte a la universidad.
Cierto. Con su máquina de movimiento perpetuo ganó la oportunidad de ir a la Universidad de la Costa Oeste (cuyo lema es: "Hacemos de la ciencia ficción una realidad"), donde cumplirá su sueño y le dará a su familia una vida mejor.
