capitulo único.

371 19 9
                                    

Manuel no era de los que hacían ese tipo de cosas, no, jamás. Pero sin embargo ahí estaba, respondiéndole a aquel chico en aquel chat. Alguien a quien había aceptado en Facebook porque daba la casualidad de que eran vecinos.

Martin le había hablado.

Hola ¿Qué tal? ¿Cómo te va?

Y esa sola conversación desencadeno tanto, tanto.

Qué frase más vulgar, pensaba el castaño, mirando a todas direcciones y luego al mensaje.

Con la que le voy a presentar.

Lejos del cosquilleo en su estómago y el ligero vértigo en su cabeza, fuera de la ventana que enmarcaba fuertes colores amarillos y rojos del atardecer más limpio que había en su ciudad, del encierro en su habitación de discos y libros esparcidos por el suelo que más tarde ordenaría, cuando su frustración se marchara, allá en la casa de al lado, la que casi siempre estaba vacía y que ahora tenía inquilinos ruidosos, en la ventana que solo le dejaba ver un pedazo de un poster de "soda estéreo" tan viejo que se le caían pedazos y tenía el color desteñido de las polillas, y una pared verde muy feo, ahí, en ese lugar tan lejos y tan cerca, Manuel dejaba caer sus ojos, de ese café pardo con unos parpados que caían a medio camino y le daban el aspecto de aburrido o serio, y que le servían tanto para mirar, dentro, a la otra parte de su conversación. Y no entendía por qué no hablaban cara a cara.

¿Te suena la canción de Miranda, "hola"?

No.

Buscála entonces flaco.

Y su pieza se inundó de un electro cuya letra era explicita pero sin nada atrás de ella como a Manuel solían gustarle. Sus pies se balancearon en su escritorio, porque los había subido a la mesa de tanto tango en el suelo, y de nuevo alejo la mirada de su pantalla para enfocarla a la del vecino, no estaba seguro si este tal 'Martin' dormía en aquella pieza justo, justito. Pero ¿y si lo hacía? ¿Podría él también mirar dentro tal como Manuel lo estaba haciendo? Escucho un grito de la otra casa, la canción había parado, el acento argentino acallado por las paredes y la distancia se escuchaba como una señal de radio perdida, de pronto en su enmarcada vista de la pared verde con el poster apolillado, un rubio de cabello sucio, como Manuel definía a los rucios que eran de un color castaño clarísimo, interrumpió sin su camiseta y con una postura que reflejaba fastidio, seguramente porque su madre le había gritado que bajara a bañarse antes de que su hermana menor se metiera al baño y él justo estaba muy concentrado en lo que fuera que estuviera haciendo en su ordenador.

Te hablo más tarde flaco.

Manuel se negaba a creer que solo estaba conversando con él.

El rubio desapareció por un rato, en lo que Manuel aprovecho de volver a darle orden a su pieza, como siempre cada tres días porque aunque quisiera evitarlo siempre terminaba dejando su habitación como...

la zorra...

No era su culpa, era que le gustaba oír sus discos, le gustaba leer sus libros, y hace mucho tiempo que no tenía repertorio nuevo, pero le había entrado la lesera un día hace más de un mes y dejo de salir, él dice que fue su bloqueo de escritor, su madre te diría con su voz en un regaño cantado que lo encontró borracho en la tina del baño del primer piso y le corto la mesada.

Apilo sus libros viejos en su pequeña biblioteca improvisada con una repisa de cocina que encontró en un tiradero cerca de su casa junto un sofá de cuero. El sofá estaba irremediablemente roto, pero la repisa con puertecitas blancas llenas de viejos stickers de calo podía ser rescatada, por lo que la barnizo con un café fuertísimo y la coloco de forma vertical en el suelo cerca de su escritorio, el que le regalo su tío de allá en México cuando cumplió 15, y lo uso para sus propósitos, ahora le daba un aspecto más de anciano a la pieza de Manuel, él decía que se veía como la arquitectura modernista de las bibliotecas suecas pero Manuel era medio pendejo para inventarse lujos. Apilo sus discos entre las rendijas de su porta CD's.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 22, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Hola(miranda) argchiWhere stories live. Discover now