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De nuevo,giré la cabeza hacia un lado,balanceando mis brazos dormidos en el borde del sofá.Luke me miró de forma intensa,aún no conocía sus profundidades,y siempre fue parte de vida.
Hace unos tres años que nos conocimos en una parada de autobús,
será que todo lo que me marca ocurre entorno a una extraña relación en los transportes urbanos.
Llevaba un paraguas agujereado,azul,como sus ojos,una chaqueta vaquera desgastada al igual que sus besos.Su tristeza interior golpeó mi corazón.
Meses después se creó la realidad de hoy en día.
Ahora siento un aura misteriosa cada vez que me abraza,porque efectivamente,el ahora es tan mío como yo quise serlo de él entre la lluvia de aquel Abril.

-¿Te gusta mi cara?.-Desafío sin pelos en la lengua y la vista perdida en mis zapatos.

-Serás un arrogante sin remedios hasta la muerte,chico.

Tras un gruñido seguido de una risa ronca se acercó más a mi acomodándose entre los cojines del sofá.
Podía respirarse la tensión que producía su mirada.Lo incomoda que llegaba a estar aún queriéndole.

-No lo he olvidado.Sigues siendo patético.

-Ella lo era.

-Más bien ambos.-Corté,para levantarme aceleradamente al piso de arriba.

Ahora mismo no entenderéis ni lo más mínimo,yo tampoco,pero acabareis comprendiéndolo.

Dio un salto para incorporarse,correr tras de mí,hasta acabar en una especie de película que echarían un 14 de febrero.
Pero esto no es un cuento de hadas,y aún menos,el es un príncipe azul.

El suelo me helaba los pies,tropezé con la alfombra y tensé mi cuerpo,sabiendo que la ira no tardaría en estallar.Agarrada a la puerta,me levanté y finalmente en agónicos pasos conseguí sentarme en mi cama.
Luke era rápido,y me observaba desde la entrada de la habitación esbozando una pícara mueca.

-¿La quieres más que a mi?

Trotó tres pasos en instantes,agachándose en un reflejo ,para estar a mi altura.

-Es imposible estadísticamente que eso ocurriera.Eres como un ángel que ha extinguido todas las llamas en el caos.-suspiró perspicaz.

-Serás un experto hablando,pero desde luego,como demonio estas intentado que arda.-Continúe refiriéndome a su anterior metáfora,dando a entender que hay un límite que cruzó hace mucho tiempo.

Sobre la moqueta, me tiró de las manos.Caí en su regazo.

-¡Estás loco!-grité sobresaltada.

-Todo es culpa tuya,quiero besarte.

Tomó la iniciativa agarrando suavemente mis mejillas,respiraba su calor
no iba a ser tan sencillo.
Coloqué mi cabeza en el suelo mirando hacia abajo.
Su risa llegó a mis oídos,verdaderamente prendió un instinto dulce en mí.

Rodé hacia la izquierda con la vista en el techo,aveces me preguntaba porqué era tan débil en sus manos.
Como era posibles quemarse con hielo fundido.

Las cortinas abiertas dejaban entrar los últimos rayos de sol,que se reflejaban en las paredes.Ahora él rondaba de arriba abajo,toqueteando mis pertenencias mientras dejaba a mi mente divagar en las palabras.Hablaba continuamente aunque no alcanzaba a escucharlo.Mis pensamientos estaban demasiado lejos,profundos en la infinidad de una cabeza buscando respuestas a preguntas retóricas y demás porqués.

- Cuestiones.

-Le das demasiadas vueltas a todo.-proclamó sujetando nuestra foto de fin de año,como si sostuviese un frágil y valioso cristal.
Abalanzándose,acabó tumbado a mi lado,respirando serenamente.Creaba una brisilla agradable que me erizaba la piel.

-Podría quedarme hoy aquí,contigo,podemos ver lo que quieras,menos Dora la exploradora,mi hermana consigue que odie los dibujos rápido.

-¿Enserio?,¿tenemos tres años?.

-Mentalmente los tengo.Enciende la televisión.

InstantesTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang