Por mucho más

Capitulo 27

Theo

-Amigo.-dice Masón palmeando mi espalda y después aplaudiendo.-Ya me enteré de la excelente noticia.

-¿Cuál noticia?- pregunta Nick Patterson.

-Que aquí nuestro segundo capitán está saliendo con ni más ni menos que Shailene Woodley.

Nick frunció el ceño.

-¿Hablas enserio?- pregunta sorprendido.

-¿Algún problema?- preguntó.

-No.-dice negando.-Es solo que nunca pensé que te gustaran las chicas como Shailene.

-Oh créeme.-dice Mason.-Las adora. Son como ganarse la lotería, ¿no?

-Espera.-dice Nick.-¿Esto no tiene que ver con la apuesta sobre la que hablamos hace unas semanas?

Me tenso. Pensé que nadie sabría acerca de la maldita apuesta.

-¿Tú qué crees?- dice Mason lanzándole balón hacia Nick.-Al campo imbeciles.

Camino detrás de Mason hacia el campo y siento que alguien toca mi hombro.

-¿Qué?- preguntó irritado.

-¿De verdad están haciendo una apuesta sobre Shailene?

-¿Qué más da?

-Vaya, se tomaron muy enserio la historia de la apuesta.

No contesto y continuó caminando hacia el campo. En todo el entrenamiento comencé a sentir la culpa de la apuesta sobre mi. Sabía de sobra que iba a sentirme como el chico más cabron de toda la escuela pero no pensé que sería así. No pensé que fuera a importarme.

Terminando el entrenamiento, mientras me encontraba en las duchas decidí llamar a Shailene.
Le había prometido hacerlo. Espere a que no hubiera nadie que pudiera escucharme y marque su numero en mi celular.

-Hey.-contesta tan alegre como siempre.

-¿Cómo está la novia más hermosa de todas?

Shailene ríe.-Basta.

Sonrío.-¿Estabas ocupada?

-Estaba terminando las tareas de las clases a las que faltamos hoy.

-Aburrido.-digo.

-No quiero un cinco.-contesta en el mismo tono que yo.

-Cierto.-digo.-Las chicas malas también pueden aprobar materias.

Shailene ríe. Después hablamos acerca de mi entrenamiento.

-Oye malas noticias.-digo.

-¿Qué pasa?.- pregunta alarmada.

-Mañana tengo que comprar un nuevo equipo para football. Así que no asistiré de nuevo a clases.

-No.-dice alargando la palabra.-¿Qué voy a hacer sin ti? Voy a morir de aburrimiento.

Sonrío.-Pasare a tu casa por la tarde.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo.-digo e inmediatamente quito la sonrisa de idiota que se formó en mi rostro.-Te dejo, iré a darme una ducha.

-Esta bien, adiós.

-Te quiero.-le digo.

-Y yo a ti.

Cuelgo la llamada y casi caigo de espaldas al ver a Nick recargado en su casillero.

-Demonios Nick.-digo asustado.

-Lo siento.-dice riendo.-¿Hablabas con Shailene cierto?

Asiento incomodo.

-Pensé que solo se trataba de una apuesta pero escuche que le decías te quiero.-dice frunciendo el ceño.

-Es una apuesta.-digo.

-Pero..-dice confundido.-¿No tienes nada mejor que hacer?-lo interrumpo y Nick solo asiente incomodo.

-Lo siento, no quería hacerte enojar.

-Como sea.-digo.-mantente alejado de mis asuntos.

-Créeme lo último que yo quiero es estar dentro de todo este asunto de la apuesta.

Cierro con fuerza mi casillero y camino molesto hacia las duchas. No sabía porque me sentía tan molesto. Quizá porque Nick era la persona menos indicada para saber acerca de la apuesta. Nick era una persona muy blanda y lo creía capaz de correr a contarle a Shailene y eso era lo que menos necesitaba.

Mientras el agua caía, comencé a pensar en Shailene. Nunca había pensando que las chicas de su tipo podrían llegar a ser atractivas pero Shailene lo era y mucho. No solo me refería a su cuerpo el cual estaba más que claro era perfecto al igual que su rostro. Más bien me refería a su forma de ser. Tan natural, sin miedo al qué dirán y nada materialista. Todas las chicas con las cuales había salido por voluntad propia eran unas Barbies que amaban los regalos y el maquillaje.
Pero Shailene me hizo ver a las chicas de otra forma. De una forma menos física y más..¿sentimental?

Sacudo la cabeza. ¿Qué mierda me estaba pasando?
Cierro la llave y golpeó la pared más cercana.

No podía enamorarme de Shailene.
No podía permitirme sentir algo por ella. Nada más que algo de empatía y lastima.

Shailene no es mi tipo, no lo es. Me repito a mí mismo. Y nunca lo será.

Esto es solo una apuesta.

Ella es solo una apuesta.