Cap 15. Corazones Rotos

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Veinticinco años antes

Todo dolía. Y todo era horrible.

Lucy de ocho años tropezó al llegar a casa, su pelaje estaba grumoso, los moretones en su cuerpo palpitaban, a pesar de que había pasado una hora sus lágrimas aún se derramaban. Se había escondido en una vieja casa del árbol la cual una vez esperó sería su orgullo mientras que los demás la abucheaban y se burlaban de su dolor, desafiando que jamás sería uno de ellos. Y ella aún no entendía por qué.  

Pero ella pudo haber vivido con el dolor físico; era el dolor en su corazón lo que no podía manejar

Leon le había dicho que él era su amigo. ¿Por qué le mentiría de esa forma? ¿Qué hizo mal?

Sus palabras eran las únicas que ella podía recordar y las que dejaron el corte más profundo:

¿Realmente creiste que sería amigo de alguien como ?

¡Solo eres una enana cuyo padre ni siquiera quería!

¡Por qué no eres como tu mamá y te conviertes en una presa!

Lucy tomó un estremecedor suspiro, las palabras se repetían una y otra vez hasta que finalmente llegó a su casa, era tarde.

Tal vez Leon tenía razón, tal vez ella estaría mejor cortándose sus adoradas garras y pretendiendo ser una presa, a la pareja de su madre no le agradaba ella pero tal vez podía encontrar una presa que sí. 

Ella encontró a su madre sentada sobre el piso sollozando, y tres meses después su madre murió del corazón roto y esa horrible zebra ni siquiera se molestó en venir a su funeral, sus años de casa de adopción en casa de adopción fueron un borrón de dolor, miedo, y molestia. Ambos presas y depredadores la rechazaban, algunos le buscaban peleas que no olvidarían pronto porque cuando Lucy contraatacaba lo hacía hasta la muerte. Ella recordaba su último año antes de cumplir dieciocho, un lobo y una oveja habían vivido en la casa de adopción con ella y habían sido lo suficientemente estúpidos para enamorarse. Les tenía lástima, a ellos no les agradaba ella particularmente pero tampoco eran malos con ella. Obviamente no tenían idea de qué les pasaría si estaban en una relación interespecie. Los animales los odiarían, tal vez los atacarían, si ellos decidieran comenzar una familia sus hijos serían torturados por cosas que no eran culpa suya. O más probable aún, la oveja se iría, dejando que el lobo muera triste y solo. Ella intentó advertirles constantemente, incluso una vez los separó contundentemente para ayudar, pero ellos se volvieron en contra de ella justo como el resto del mundo.

Estaba tan feliz cuando llegó su cumpleaños y finalmente pudo huir de Zootopia, Zootopia, donde todos podían ser lo que deseen...a menos que seas una pequeña leona , con un padre irresponsable, una estúpida madre, o, por si fuera poco, en una desagradable relación interespecie.

Zootopia: Una historia de dosWhere stories live. Discover now