One-Shots McLennon

#5

Querido John:

No quiero arruinarte el día con mi presencia esta mañana, así que por este medio he decidido hacerte saber que renuncio. Quizás anoche pensaste que era una broma cuando te lo dije, pues no parábamos de reír ni de beber copa tras copa, pero lamento decirte que hablaba muy en serio.

Me voy de la banda.

No soporto tenerte a mi lado mientras sé que le perteneces a alguien más. A pesar de que me has jurado amarme en todas las veladas de pasión que hemos tenido, no es suficiente para enmendar el dolor que siento en estos momentos. No sé como llegué a creerte todas esas palabras dulces y obsequios finos que te esmeraste en darme, si al cabo de algunas horas te veía entrar al estudio de la mano de aquella mujer.

De la mano de Yoko.

Pude aguantar el tener que compartirte con Cynthia, pues sabía que no se amaban a pesar de tener a su pequeño hijo Julian; era un amor forzado, y yo te abrí siempre mis brazos para que pudieras desahogarte de ello.

Pero esta vez es diferente.

La miras como si estuvieras hechizado, la abrazas como si de un cristal fino se tratase, sin embargo a mi me insultas y hasta me corriges mi trabajo.

¿Qué nos pasó, John? ¿Acaso hice algo mal?

Yo hice todo lo posible para estar contigo; dejé a Jane para poder darte mi tiempo completo y aguanté el sermón que Brian me dio por haber terminado con la pelirroja que tanto se había esmerado en conseguirme. Te hice caso, John, dejé todo por ti y tu jamás fuiste capaz de pagarme con la misma moneda. Sólo me hacías cumplidos cuando me tenías en tu cama y me mandabas chocolates para pedirme disculpas por haberme dejado plantado en fechas importantes para mí... para nosotros.

Quizás por el momento tengo el valor de echarte en cara todo lo que he callado por años, pero sé que mi estúpido corazón seguirá amándote con locura a pesar de tu desprecio.

¿Qué tiene ella que yo no pueda darte?

¿Acaso es un hijo?

Porque si es así, lamento recordarte que Julian te espera en casa todos los días emocionado para poder darte un abrazo. Yo he cuidado a Julian por ti casi todo el tiempo; él me llama papá y tú no haces nada para corregirlo. Cynthia sabe lo que pasa entre nosotros y también sabe lo que hubo, ¿pero sabes qué? Ella no dice nada porque sabe lo que es sufrir por un amor que te tiene olvidado.

En fin, no quiero entrar en más detalles. He conseguido un abogado y me ha explicado que es posible salirme sin temor a que me lluevan demandas. Irá hoy en la tarde para dar aviso a los demás, y si te preguntas por qué he decidido mandarte esta carta en vez de darte la sorpresa con el abogado, es simple:

Les deseo lo mejor a ti y a Yoko en su boda.

Atte: Paul McCartney.