- Nam- ¡Namjoon! - gimió Jimin, sintiendo como el mayor volvía a clavar en su interior su pene.
Su duro y grueso pene.
Namjoon gruñó.
- Estrecho - fue lo único que se le entendió entre el gruñido.
Él y Jimin llevaban tres meses saliendo (desde aquel fatídico/bendito día en que se confesaron sus sentimientos) y lo "hacían" casi a diario, como conejos.
Y es que él pequeño Jimin de Busan había resultado igual de sucio, pervertido y goloso que el rapero de Ilsan.
Aún así Namjoon no sabía como Jimin podía seguir tan estrecho depués de coger casi todos los días.
- ¡Nam- ¡Namjoon!, ¡daddy!, ¡ah! - Namjoon penetraba a Jimin otra vez duro y sin piedad, llenando su interior con su blanca, espesa y caliente esperma.
Después de aquel asombroso día, en el que habían perdido la cuenta de cuantas veces lo habían hecho, se habían contado todo sobre ellos, todo lo que aún no se habían contado.
Su gustos, disgustos, secretos y más profundos, básicos y oscuros deseos.
El Daddykink era uno de ellos.
Tanto Jimin como Namjoon tenían un fetiche con aquella palabra, la palabra "Daddy"
Jimin adoraba decirla y excitar a Namjoon actuando lindo e inocente cual niño pequeño (aunque pequeño ya lo era... en estatura) y Namjoon adoraba que Jimin lo llamará así y que actuará así también, sabiendo lo descarado que podía llegar a ser con él cuando no habían ni fans ni cámaras rodeándolos.
Miembros no.
Porque ya todos sabían sobre su relación.
Incluso los mánagers y él director de la empresa.
Desde entonces Jimin ahora dormía con Namjoon en un nuevo departamento junto a los demás miembros, todo insonorizado y con los pestillos de las puertas bien funcionales para la paz mental de todos.
- Namjoon...
- ¿Me amas? - Jimin acarició el cabello del mayor, mirándolo con infinito amor.
- Te amo - respondió el otro, dándole un besito a Jimin en el pecho que lo hizo reír, a la altura del corazón - ¿Y tú?
- No - respondió Jimin.
Namjoon se separó de su torso y le miro.
Jimin sonrió.
- Porque te amo mucho más de lo que tú me amas a mi, siempre lo haré...
Namjoon sonrió y miró a Jimin cual eterno enamorado.
- Eso es imposible, Minie - Namjoon rió - Algún día tendremos que morir y...
- Y aún después de la muerte te seguiré amando Namjoon... - le interrumpió.
Namjoon abrazo fuertemente a Jimin.
- Yo igual, mi pequeño - cerro los ojos, dispuesto a dormir por lo que le restaba de su día libre, el de él y de Jimin - Yo igual...
Dicho esto, Jimin también cerró sus ojos, dejándose llevar al mundo de los sueños en brazos de Morfeo, no, en brazos de Namjoon.
Donde se quedaría por siempre y para siempre...
¡Fin!
Ahora si.
:)
