*Capítulo Cinco: "Recuerdos"

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— ¡Yuuri! ¡Yuuri! —la euforia mostrada en el grito potente de su mejor amigo, no fue nada extraño de escuchar tan temprano por la mañana, y mucho menos, que se colgara de él. El muchacho víctima de sus singulares muestras de cariño, no comprendía como no le ardía la garganta de tanto soltar exclamaciones a diestra y siniestra.

Aquella rutina era tan natural en sus vivencias diarias. Para ellos ni siquiera fue una anormalidad que captara la atención de los jóvenes somnolientos que ingresaban a la universidad, arrastrando los pies y agotados de los hábitos vidas, muchos de ellos voltearon a observarlo como un bicho raro por lo estridente de su voz, algunos, incluso, censuraron su comportamiento infantil. A él no le interesó ser el centro de atención, no le restaba que las demás personas lo consideraran inmaduro o poco inteligente, su autenticidad era una barrera para la disminución de su elevada autoestima.

Y con un gesto de alegría dibujado en el rostro siempre libre de imperfección, terminó por colgarse de la espalda del joven japonés.

—Phichit —lo llamó dificultosamente, encorvándose para que el chiquillo pudiera bajarse sin salir lastimado. Su amigo tenía extrañas manías para saludarlo a las primeras horas del día—. Veo que estás muy feliz —le señaló cuando en un salto se puso frente a él. Al observar su acostumbrado perfil de serenidad, Yuuri se sintió en la comodidad de la paz, no había nada más lindo que la alegría de ese chico.

Su amigo Phichit era un muchacho bastante menudo y sociable, que se caracterizaba por su gran pasión a las selfies y su carismática sonrisa de adolescente enamorado de la vida. Ese comportamiento tan irracional para la época en la que crecieron, había hecho que la existencia de Yuuri fuera más llevadera cuando todo empezó a caer en picada...

—Es que últimamente me pasan solo cosas buenas —intentó despertar la curiosidad de su amigo; no obstante, Yuuri nunca le preguntaría nada que creyera inoportuno–, sabes que tengo una suerte envidiable –arrugó el rostro, dibujando una maravillosa cara de paz. Recuperando una postura normal, el joven lo tomó del antebrazo.

Para Yuuri era normal que Phichit se le colgara, era casi imposible verlos separados, y no recordaba que alguna vez hubiesen peleado.

Algunos decían que Phichit era un hombre demasiado dulce para pertenecer a la facultad de investigación en criminología, pero eso al joven tailandés no le importaba, ya que él y Yuuri, eran los mejores de la clase.

— ¿Qué están haciendo ustedes dos tan temprano? —Preguntó Yuuko, acomodando su cabello húmedo y desordenado tras su oreja. Con los ojos lagrimeando por la falta de sueño, ella se acercó a sus dos amigos. Los había visto jugueteando desde que pisó la entrada. Los dos chicos se separaron—. Es imposible que ustedes maduren algún día —la joven meneó la cabeza cuando estuvo delante de ambos y aplastó las mejillas de Phichit. Este solo dio un quejido de alegría por la expresión de cariño y confianza dada por la chica que consideraba una hermana.

— ¿Cómo estás Yuuko? Hace días que no conversamos —para Yuuri le era preocupante notar las bolsas oscuras bajo sus pequeños ojos, aunque le fue fácil inferir que a eso se debía su corto distanciamiento. Los estudios los consumían, hasta convertirlos en extraños.

—Estoy haciendo una investigación sobre minerales encontrados en la corteza terrestre, con mis compañeros... –soltó un bostezo que provocó que sus ojos drenaran más insignificantes gotas de agua–. Estoy muy agotada —se quejó tocando la cima de su cabeza, que tenía una pequeña separación. Cuando se estresaba, Yuuko tenía la mala suerte sufrir esas anomalías en su cabeza.

—Nosotros también estamos igual —se lamentó Phichit, con la ironía innata de sus años, poniendo ambas manos atrás de la cabeza. Para el fin de semana tenían que resolver un caso propuesto por su profesor. El que lo consiguiera, tendrían dos créditos en el semestre. Todos estaban en alerta para descifrar los secretos tras ese crimen; sin embargo, a muchos la tarea, se les complicaba más de lo debido.

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