Libro 1

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1.

Contemplado por veintitantos pares de ojos, el nuevo sintió que lo estudiaban, que lo median de arriba abajo, y pensó en la mirada intrigante de los búhos. Estar frente a la clase de <> lo incomodaba, más aún porque era la primera vez que ingresaba en el aula y no conocía a nadie. Un cuchicheo entre los alumnos -chicas sonrientes y muchachos serios- emergió de las carpetas, hasta que el profesor Landauro los hizo callar. Carraspeó, puso la mano sobre el hombro del nuevo y lo presentó: nombre y apellidos, venía de un colegio parroquial, su familia acababa de mudarse al barrio y esperaba que ellos, sus compañeros, lo trataran bien. Le indicó el sitio en el cual se ubicaría, allá en la carpeta del fondo entre Ortiz y Velásquez, y mientras el nuevo avanzaba con la mochila en la espalda, continuó sintiendo los ojos de los alumnos como dardos en el cuerpo y en el rostro. Una vez sentado, vio amistosamente a ambos lados para recibir algún tipo de bienvenida; pero sus vecinos no le hicieron caso, ignoraron su intención, y el recién llegado quiso que se acabara cuanto antes esa incómoda sensación de ser el nuevo.

La Chica Del SótanoWhere stories live. Discover now