En esta cama, Dios no existe.

Destruyámonos en el silencio de esta cama...

Destruida siempre fue más hermosa.

Se siente aterrada de vivir en un mundo que se desprecia a sí mismo.
No soporta el odio, ni nació para contaminarse de él.
Pero se odia a sí misma,
no se ama...
Nunca se amo.

Lo sabe porque está con ella, a su lado.
Y eso la destruye un poquito más...
cada día...

Las cosas no funcionan bien en su vida,
se siente obliga a decirle al mundo que está bien.

¿Desde cuándo sentirse bien, es una obligación?

La cordura nunca fue lo suyo,
no te pongas triste cuando leas estas palabras,
ella precisamente no está tan cuerda como crees.

Le gusta el dolor.
Se siente bien sintiéndolo, lo que la aterra.
Que de sus sueños se descubra y lleguen a un mundo alterno
donde tiene todo el orden.
Que se desordene y se vuelva loca.

Y aquí está, porque el dolor es parte de estar a mi lado,
se odia, pero es tan cobarde que no puede hacerse daño.
Es tan valiente que se vuelve estúpida.
Me permite pintar colores en su piel.

Que irónico depender de las cenizas de otras personas
para ser ella misma.

Siempre supe que era un pavo real,
aunque se vea a sí misma como un gorrión.
Se ve bonita de azul,
los moretones le hacen juego a su cabello castaño.

Es un desastre, algo está mal en esta relación.

Sabemos quién es la que falla, no precisamente ella.
¡Pero a quién le importa!
Nos necesitamos, de la forma más bizarra.
Dependemos la una de la otra...
Y este placer es la unión.