El día que el cielo estaba triste

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Hoy me desperté más temprano que ayer, pues aún estoy dormida.

El cielo tenía moretones, vio que lo descubrí y se maquilló de amarillo pero seguía luciendo triste.

Por no hacerlo sentir peor, fingí creer que está bien, le seguí el juego, pero no tardó en llorar, delicada y discretamente; entonces le sonreí, más de tristeza que de alegría.

Un leve viento me rodeaba y vi que las montañas estaban cubiertas de niebla, y esa niebla bajaba lentamente.

El cielo me contaba la razón de su tristeza, aún sabiendo que no podía entenderle, pero sentía su frío.
Creo que ahora somos amigos.

Cuando Sueño Tengo Where stories live. Discover now