T H I S

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Despues, mucho despues. En un día frio de diciembre, un chico un poco mayor, pero siendo menor, caminaba desesperado por la acera. Habia personas a su alrededor, todas con temas diferentes. Pero él estaba en la suya.

Lo habían abandonado, y nada le habían dejado. Solo una simple hoja en blanco. Habia tinta por todos lados y recuerda los papeles en la basura. Todos con palabras escritas, reconocibles e inservibles.

Estaban rotas y disueltas, imposibles de leer.

Se sentía como si en realidad, nunca hubiesen deseado dejarlo. Sabia que habia algo en esa presión en su cabeza que le hacia correr. No sabia exactamente hacia donde se dirigía, pero tal vez, si llegaba y ahí estaba, podría hacer algo.

Olía a humedad dentro del lugar y habían personas que le impedían la vista.

Había entrado a la estación y escuchaba a un tren partiendo.

Corrió lo más rapido que se podía, y se preguntó qué haría si se había equivocado y en realidad no debió de haber ido a buscarlo. Tal vez, el encontrarse no era la mejor forma de perdirle que se quedara, pero tal vez si una buena forma de despedirse.

Cuando salió y escucho el sonido estruendoso del motor, corrió, gritando el nombre de la persona que deseaba ver, aunque fuera por ultima vez.

Cuando pensó en darse por vencido, ya que el tren casi había partido, que se había cometido un error, alguien asomó la cabeza por una de las ventanillas, y por milésima vez en su vida, se alegro de ver ese cabello color plata.

Tal vez, se lo había dicho muchas veces, pero se requería una ultima vez.

Porque esa opresión en el pecho, le hacia saber que si, que efectivamente era la ultima vez. Que, tal vez, ya no sería como antes si se conocían otra vez.

Asi que, aun con la poca esperanza de que alcanzara el tren, se detuvo, reunió fuerza y gritó. Gritó lo que sentía por él, porque se le habían abierto los ojos. Gritó el cuanto lo quería y cuanto lo extrañaría, gritó tambien que lo esperaría no importaba cuanto tardara, y despues se detuvo y miró hacia donde estaba alejándose su amigo. Sin saberlo, había respondido millares de preguntas nerviosas que no existían en verdad.

Vio una mano sacudirse desde donde estaba el tren, era la mano de Killua.

Killua se estaba despidiendo de Gon. Despidiéndose para siempre.

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dear gon . 🥀⋆ Where stories live. Discover now