Drink To Forget

❀Wishing you were here❀

11 años.
Fue la edad en la que vio a su mejor y único, a quien amaba, morir.
Él no lo pudo salvar, ya todo estaba hecho.
Lo entendía, entendía que es lo que quería hacer Pip. Sabía que el rubio no eran un idiota y conocía las consecuencias de sus actos.
Sabía que Pip no tenía una familia, amigos, nadie más que él.
Lo entendía, él estaba en las mismas. Su padre estaba en el infierno, y no sabía que hacer.
Ahora no tenía con quien desahogarse.
Nadie con quien compartir el inmenso dolor que sentía, algo que nunca había hecho.
"Si ves algo que no te gusta, no digas nada y toma para olvidar."
11 años y ya estaba arruinando su "vida", alcohol, tabaco y pastillas.
❀ ❀ ❀ ❀
6 años, el chico de 11 ahora tiene 17.
Estaba igual o peor. Pero no era el alcohol lo que le afectaba, ni él tabaco que le hacía efecto, y las pastillas eran como dulces, no podía olvidar a aquél chico.
Seguía sólo, nadie podía reemplazar al rubio que tanto amo en vida, y ahora en su muerte, sigue haciéndolo.
Había pasado tanto tiempo y seguía con el mismo dolor, pero sabía que en algún lugar, Pip era felíz.
El cielo.
Phillip era alguien puro, una persona que se merecía el "paraíso"  más que cualquier mormón. 
Era el ángel más hermoso que en su vida haya contemplado, y su sonrisa era la más brillante, más hermosa que cualquier piedra preciosa, al igual que su radiante felicidad que nunca se extinguia, por más burlas que se le hiciera, el Ingles nunca dejaba de sonreír.
Seguía arrepentido de haberlo lastimado aquélla vez en la fiesta de Cartman. Aunque el rubio lo perdono, seguía sintiéndose mal.
Recordó el día en que descubrió que lo amaba, más que un cariño de amigos, pero nunca se lo pudo decir.
"Lo amo tanto, lo extraño. Ojalá estuviera aquí."
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Un año más y el chico ahora tenía 18. No tenía nada más que hacer en ese estúpido pueblo, el y su padre lo sabían.
Ya era hora de regresar al infierno, o mejor dicho, "hogar".
No le dolía, no tenía nada que perder. "Tal vez lo que pasó fue todo para bien, si Pip siguiera vivo, tendriamos que despedirnos, para siempre, y ya no sería yo sólo el que sufriera." Pensó, si tuviera que irse, ahora sería el rubio quien estuviera sólo, y no le gustaría ver ninguna expresión de tristeza en su lindo rostro. "Pero al menos me hubiera despedido de el."
No pasó mucho tiempo para que su padre le dijera que era hora de marcharse.
En un abrir y cerrar de ojos, estaba en casa, nada había cambiado por ahí.
Escuchó algo, un sonido un poco familiar, se volteó para encontrase con el dueño de aquella voz.
—¡Bienvenido, Damien!
Los ojos del demonio se iluminaron cómo nunca. No dijo nada y abrazó al rubio con fuerza.
—¡Oh!, también me alegro de verte.—Y le devolvió el abrazo—Te extrañe.
Ambos se dejaron llevar por el momento.
Y el padre del pelinegro sonrío.
❀ ❀ ❀ ❀
Final kk.
Mi primer fanfic, ahre. <3
Gracias por leer ;; (?