Los nuevos aliados

8 3 0
                                    

Después de que Kail y yo nos equiparamos como era debido, partimos hacia el clan yįūx.

Durante el camino intentamos hablar de cualquier cosa menos de lo ocurrido ayer, ambos habíamos perdido mucho y no queríamos recordarlo. Kail me contó que su amigo se llamaba Kakeru y me explicó que su nombre significa guerrero y por eso se atribuía el llamarse valiente.

Tenía una hermana melliza llamada Freya, que también nos acompañaría y ella era íntima amiga de la guardiana de la cueva de espejismos, sitio que deberíamos pasar si queríamos evitar hacer un camino innecesario. Estaba ansiosa por conocerlos.

- ¿Qué te parecen las afueras del clan, princesa?- me dijo con tono burlón

- Pf, princesa de la nada, dirás. Quiero que olvides ese término para referirte a mi y que no se lo digas a ninguno de los que nos acompañe. Será un secreto entre nosotros.- le respondí guiñando un ojo.- Ah ¿son esas casas con el tejado roto las del clan yįūx?- pregunté algo apenada por el estado de los tejados que se veían a lo lejos.

- Sí, se reconoce desde aquí los estragos que las sombras ha dejado...- dijo en un tono preocupado.- Vamos, démonos prisa Ash.- y empezó a correr dejándome atrás. Corrí tras él.

Al entrar por un arco con hiedras nos encontramos con mucha gente muerta en el suelo y un rastro de sangre interminable, continuamos andando hasta que empezamos a oír unas voces.

- Con cuidado, Freya, aún no dominas la magia blanca del todo.- dijo una voz grave.- Ya casi lo tienes...-se oyó un sonido de cadenas acercándose por lo que Kail se adelantó unos pasos.

- Lo sé, lo sé, lo único que haces es ponerme más nerviosa diciéndome cosas así.- le contestó una voz agradable pero con algo de nerviosismo.

En ese momento, Kail decidió manifestar nuestra presencia poniéndose en el campo de visión de los hermanos. Él chico inmediatamente se relajo.

- Me alegra ver que mi amigo Kakeru sigue con vida después de una noche tan atroz.- dijo Kail con vacile.

- Un segundo más y te hubiera atravesado con mi cadena "amigo".- hizo especial énfasis en la última palabra.- ¿Qué haces por aquí... con una chica?- preguntó notando mi presencia.

- Oh, pues nada. Venía a saludar.- contestó con una sarcasmo.- Nah, mentira. Os buscábamos para que os unáis a nuestro grupo. Queremos ir al cristal mágico a devolver la paz al reino de Aincrad. ¿Qué me dices?- hizo una de sus mejores sonrisas.

Freya se acercó a nosotros después de haber curado a una especie de perrito con orejas puntiagudas. Ahora que los veía juntos podía apreciar su gran parecido.

- Por mi vale, después de todo no tengo nada mejor que hacer y así puedo pasar mi tiempo con una belleza.- me hizo una reverencia mientras cogía el dorso de mi mano para darle un beso.- ¿Qué dices, hermanita?

- Es una gran oportunidad para experimentame en el campo de batalla, así que podéis contar conmigo.- se acercó a mi para darme dos besos en las mejillas.- Soy Freya, espero que nos llevemos bien.- me hizo una linda sonrisa.

- Yo soy Ashgria, es un gusto conocerte.- le respondí devolviéndole la sonrisa.

Y así nos pusimos en marcha hacia la cueva de los espejismos. Al adentrarnos se podían oír sollozos, risas, gritos y charlas entre personas provenientes de unas esferas de luz de distintos colores. De repente, comenzaron a oírse unos ligeros pasos a nuestras espaldas, a lo que Freya inmediatamente comenzó a conjurar y un campo de protección surgió a nuestro alrededor.

- ¡Yuzuru! Soy yo, Freya, por favor. No nos hagas daño.- dijo ella con tono de ruego.

Una figura femenina y pequeña se dejo ver en ese momento, tenía una mirada seria y cargaba unas cadenas como Kakeru. (imagen de la multimedia)

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 22, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora