Capítulo 2

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- ¡Mierda de todo, joder! ¿Por qué  me pasan estas cosas Alicia?

-Traquilizate Annie. -Se iba acercando.

- ¡No! -La reproché.

No entendia por qué siempre me pasaban a mi estas cosas, ¿era un talismán para atraer malas cosas o algo? ¿Era gafe? Seguramente que sí.

-Annie, no pasa nada. No te preocupes por eso ahora y relajate o el examen de mañana te saldrá  mal, hazme caso.

-No Alicia, no lo entiendes. Han pasado seis meses y sigo sin tener respuestas. -Me llevé la mano a la cara. -Esto me supera.. -Susurré.

-Te supera porque no paras de darle vueltas. -Se sentó en el sillón, justo enfrente de mi. -Mira, si quieres yo puedo investigar por ti, ya he acabado mis examenes y tengo tiempo libre. 

-Pero querrás pasarlo con Zayn..

-No pasa nada, el me querrá ayudar.. -Cogió mi mano.

-No puedo dejar que hagas eso por mi. -Solté su agarre. -Son cosas mias y no quiero que pierdas tú tiempo en estas cosas.

-Annie, no pierdo tiempo con estas cosas, al contrario, lo ganamos. 

-No.

-Como quieras. -Apretó los dientes y se levantó. -Pero que sepas que estoy aquí para lo que sea. -Me dedicó una media sonrisa y yo se la devolví de vuelta como pude.

-Gracias.

Me despedí de ella y volvi al sofá. Tenia que seguir estudiando y como había dicho Alicia, era mejor que me olvidara del tema, aunque sea por hoy y mañana hasta que terminaran los exámenes. Era muy importante, ya que eran los exámenes finales antes de poder volver a mi casa a pasar las navidades en familia. Me acomodé y cogí los apuntes para volver a subrayar y releer una y otra vez todo. En realidad era fácil, iba sobre el cuerpo humano, de todos los huesos, músculos y tendones. Era lo que tenía la medicina, pero me gustaba bastante. 

-Esternocleidomastoideo... -Me acaricié el cuello. 

Uno de los nombres "más difíciles" pero que ya sabía pronunciar muy bien. En quinto de primaria había un tema de los huesos y músculos, así que, ya me lo sabía. Cogí otra hoja de apuntes donde tenía todos los músculos marcados y los fui diciendo uno a uno y señalando por mi cuerpo a la vez. Esto era realmente fácil. Cuando acabé hice lo mismo pero con los huesos y así hasta llegar a pronunciar el último de los tendones. Solté los apuntes y miré el reloj, las doce. Esto de estudiar hasta bastante tarde me mata, pero no me gustaba estudiar por las noches, ya que prefería dormir bien y levantarme un par de horas antes y repasar. Recogí todo y fui a la pequeña cocina para soltar la taza de café, ya vacía, que tenía en la mesa. Ya lavaría mañana los platos, cuando todo se me halla pasado este estrés. Abrí un cajón y saqué el pan bimbo para hacerme un bocadillo de algo, aunque sea de nocilla, pero de algo, tenía hambre. 

- ¡Hola Annie! 

Me giré con ​​la boca loena para ver a mi compañera de piso, Megan. Ella prefería estudiar en la biblioteca y tampoco estába mucho en el piso. Solo la veía cuando llegaba de donde fuera que viniera y cuando se iba, el resto del día desaparecía por completo sin dar rastro de vida, como si el mundo se la comiera o se fuera por el armario de Narnia. 

-Hola Megan. -Dije como pude tapándome la boca llena de nocilla. 

-Yo también quiero uno, ¿te importa? -Soltó sus cosas en la mesa de al lado de la barra de cocina. -Estoy muy hambrienta...

-Claro. -Me relamí los labios. 

- ¿Qué tal te ha ido el día? 

Me sobresalté al verla a mi lado. Se me hacia raro hablar con ella, no lo hacíamos mucho, por no decir nunca.

¿Amor u Odio? 2 - Del amor al odio hay sólo un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora