resucitó

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y parecía acabado cuando levantó

ante la mirada de todos

seguía luchando, no huyó

más valiente que el mundo.


Con la mano levantada

gritaba sin voz su verdad

no había ruido en aquel lugar

todo sonaba por dentro.


Aquel era el espíritu del poder

el poder del pueblo

levantado contra su enemigo

temblando pero erguido

llorando pero sin moverse

venciendo sin dar un golpe.


Porque no hay mayor arma que la palabra

el conocimiento

la verdad

la humildad contra el ego

el rojo ondeando por el bien del pueblo.

nuevosWhere stories live. Discover now