12. Casi y por poco.

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Emma


James contó hasta tres y me impulso de la cintura para correr hasta las escaleras con el menor ruido posible. Mamá tenía el volumen alto y eso nos favorecía a nosotros. Corrí hasta las escaleras con James a la siga, afirmándome del barandal subí escaleras arriba lo más rápido posible que pidieron mis pies descalzos y mojados. 

Por culpa de las escaleras de mármol, mi pie resbala al pisar un escalón y caigo directo al suelo - De nuevo - golpeando mi rodilla con el escalón de abajo. Mi mano aun sujetaba el barandal así que como pude me levante y seguí corriendo por las escaleras arriba. Se hoyo como mi madre se paraba del sillón por culpa del ruido. Preguntando que había sido eso.

Siempre ingenua...

Pero esta vez el que resbalo por las escaleras fue James, quien callo unos dos a tres escalones por el tropezón que se dio. Ahogue unas carcajadas y llegamos al segundo piso, donde nos escondimos detrás de unas torres de mármol que estaban a los lados de las escaleras. 

—¿Que esta pasando? James...  ¿Eres tu? 

Le di una señal a James de que no contestara, colocando una mano en mi boca pasando varias veces sobre ella. Por suerte él la entendió. Los tacones de mi madre sonaban por cada escalón que daba para subir y el corazón se me acelero de nuevo. Como cuando oí su voz llegar a la casa y yo aun seguía en el patio trasero.  

—¿Aquí también hay agua en el piso? Que extraño.

Con cada palabra y cada paso mi corazón se aceleraba aún más. Temiendo el hecho que me descubra afuera de mi habitación. No es un robo, ni un asesinato letal. Pero para mi es mucho peor, por que si descubre que estoy afuera, no me dejará en paz. Dirá que tengo problemas, algún trauma o simplemente hará lo que le da la gana, y me mandará a quien sabe donde para que este alejada de mi habitación. Y yo no quiero eso. Solo quiero mi tranquilidad, mi computadora, mi espació, mi privacidad y mi soledad.

Aun que con James cerca es muy difícil pedir todo eso de vuelta...

  —Se esta acercando más — Me susurra James. Muerdo mi labio. 

—Bueno, imagínate que es de vida o muerte. — Le conteste sonriendo. El formo una sonrisa, pero me miraba con el ceño fruncido. Claramente confundido. 

Lo tome de la mano y me coloque de rodillas al suelo, arrastrando a James conmigo para que haga exactamente lo mismo, y eso hizo. Gatee lo más rápido que pudo que aveces mis manos pasaban de largo y mi pecho caía al suelo, o que mis rodillas dolieran a cada paso que daban. Pero no pare hasta llegar a la primera habitación que estaba a mi disponibilidad.  

James entro después de mi y cerró la puerta suavemente para o causar ruido alguno. Mire la habitación a mi alrededor y juro que no la reconozco. No recuerdo tener esta habitación en casa. En eso soy consciente de cuantas cosas más no se que pasan en mi entorno y no me doy cuenta.

—Valla elección. Es mi habitación... Bueno, la que me hospedo. —Lo mire incrédula y sorprendida.  Recorrí la habitación por completo, pasando por sus muebles, puerta, ventana, hasta su cama, donde descansaba una portátil abierta, pero con la pantalla negra con muchos cables enredados y unos altavoces minies. 

Miré a James, estaba escuchando a través de la puerta si es que mi madre aparece. Sin mirarme obviamente. 

—¿Por que tantos cables? Y tan... enredados. Que complicado. — Me reí. Él casi al instante volteo a verme y se tenso por completo.

Lo note por como sus hombros se marcaban más,  su mandíbula se apretaba y sus puños estaban cerrados. No estaba enojado, estaba nervioso. Unas cuantas zancadas y estaba a mi lado, le corrió con una mano y cerró la portatil de un sopetón, guardo todo bajo la almohada y luego se sentó en la cama.

No te enamores del Trabajo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora