Prólogo: Sendas olvidadas

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Ese día, los jardines de Acero brillaban. No había estado así en bastante tiempo, cuando hace semanas, se encontraban manchadas de charcos rojos y víctimas de las batallas. Todo había terminado, los campos volvían a ser como antes: hermosos para los Acero, sosos y mejorables para todos los demás.

Dos pokémon se encontraban ahí, disfrutando de la última visita que había planeado de ese sitio juntos. Se sentaron. Uno era legendario, un noble del reino de Acero y a la vez, su estratega; la otra, una Mawile, simplemente una guerrera. Ambos tenían doble tipo, hecho que despierta la inseguridad del pueblo del que salían al verlos alejarse.

—Lianne, sabes que puedo convencerlos—. mencionó el legendario—. Sigo diciendo que no tienes que marcharte.

Echaron la vista atrás, hacia la población, que los vigilaba. Al darse cuenta de eso, los dos se pusieron disimuladamente a andar más deprisa y se pararon unos metros más lejos.

—Quien sea que nos observa demuestra lo contrario, y yo no pienso esperar a que me maten—.respondió—. Y por cierto Jirachi, ya te dije mil veces que no uses ese nombre, suena demasiado "hada" para mi gusto.

—No puedo hacer nada para que te quedes, ¿verdad?

—Puedes provocar otra guerra o intentar que el odio mutuo de Acero y Hada desaparezca. Lástima que creo que moriré antes de lo segundo

—Básicamente: no puedo—. Susurró Jirachi, seguido de un suspiro—. Aunque, Lianne, podías habérmelo contado antes y lo hablaríamos tranquilamente. Así no tendría que andar y acompañarte para intentar convencerte. Sabes que odio moverme mucho.

—Lo siento, pero así es menos duro para mí. Y por mucho que a todos, sobre todo a mí, nos extrañe, no quiero que las hadas se ganen el título de "sensiblonas", aunque en realidad lo sean. Además, no quiero volver a esta gente. Y, en cuanto a eso último...

—No digas que nadie me obligaba porque me conoces—interrumpió bruscamente

—Y deberías agradecérmelo, así haces ejercicio—. bromeó la Mawile, para bajar la tensión.

Ambas se rieron, y acto seguido, se dedicaron a aprovechar el tiempo que les quedaba juntos, aún quedaba bastante para llegar a la capital del reino Hada, Fearu.
Por el camino, los jardines férricos se volvían cada vez más sangrientos. Ambos pokémon se dieron cuenta al instante e intuyeron que era por falta de tiempo.

Se pararon en una difurcación, donde miraron a lo lejos a Kusa, la destrozada capital de Planta. Los edificios naturales se encontraban inhabitables y los pasos, vacíos. No estaba la habitual guardia y los árboles gigantes se encontraban o quemados, o tirados en el suelo. Los dos pokémon se detuvieron, lo observaron y bajaron la mirada, era la primera vez que veían el resultado de esa guerra.

—Oye Jirachi, ¿cuántos planta puro hay? ¿Estarán bien?

—Unas 30 o 40 especies, creo—. respondió—Y espero que sí, aunque supongo que no, yo no me vería capaz de vivir ahí.

—Es la primera vez que me siento afortunada de tener tipo secundario.—declaró Lianne

—¿Podemos echar un vistazo? Quiero saber si un amigo ha caído.

—¿Eres amigo de un Planta? Qué extraño...

—Precisamente tú no eres la más indicada para decir eso en estos momentos, Lianne. Primero quieres reputación para las hadas, después dejas de quejarte sobre la forma en la que te llamo y de no ser tipo puro—.Marcó con una ligera risa—. Y te recuerdo que Planta estaba antes en la quíntuple alianza, después se fue porque se alió con Roca y Hada y en 1882 se incorporó Agua.

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⏰ Last updated: Mar 23, 2017 ⏰

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