Capítulo 18. 🔥

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Nelly

—Sí, niña, esto es un secuestro. —Alarga sus manos y en ellas tiene un papel y un bolígrafo—. Le vas a escribir una carta a tú mamá.

Me agarra del brazo y hace que me levante. Traigo el mismo vestido que usé para la cena con Seth. ¿Seth?, ¿Dónde está él?

Intento recordar lo que pasó la noche anterior. Mi mente intenta crear imágenes de ese día, pero no hay nada, todo está en blanco, es como si ese día no hubiera ocurrido. Solo hay retazos de nuestra celebración.

—Quiero ver a Seth, ¿Qué le han hecho?

Me zafo de su agarre y echo a correr, pero él me toma de los cabellos y me jala. Atrayéndome a su cuerpo, con el codo le doy un golpe en el estómago que lo aleja unos centímetros de mí, aprovecho para darme la vuelta y le doy una patada en la entrepierna y rodear su cuello con mi brazo y someterlo.

No es tonto porque me hace caer, propinando un golpe en mi estómago que me deja sin aliento. Me somete agarrando mis manos y llevándolas a mi espalda con una de sus manos y con la otra me agarra de nuevo del cabello, dejando expuesto mi cuello.

—Tu noviecito está en la otra habitación —susurra en mi oído antes de soltarme. Suelta mi cabello

De su espalda saca una tableta, en ella se reproduce un video. Pongo atención a la secuencia, en ella veo a Seth sentado en el suelo; su cabeza está cubierta, pero puedo reconocer esa ropa.

—Seth, ¡¿dónde estás?, ¡responde!

Esta vez sí puedo acercarme a la puerta, no dudo en golpear el metal y dañar mi garganta al gritar para que él me escuche. Necesito que sepa que estoy aquí, a su lado, dividida por un maldito muro. El encapuchado me agarra de los hombros y me avienta, de nuevo, contra la pared. Todo mi cuerpo se estrella contra el concreto. Un dolor recorre mi columna.

—Vas hacer lo que yo te diga —Con mis manos rasguño la piel descubierta de sus brazos. Pataleo al no sentir el oxígeno suficiente en mis pulmones. Golpeo su pecho con mis puños que colapsan a cada segundo mientras su mano aprisiona mi cuello y aprieta.

—Le vas a escribir una carta a tu mamá diciéndole que te vas lejos, que estás harta de esa vida y que ya no quieres estar cerca de ella, ¿entendido?

Detrás del pasamontañas veo sus ojos cafés oscuro. Son tan amenazantes, pero a mí no me provoca miedo.

—No —resuello y escupo en su cara—. No haré nada de lo que tú me digas.

Avienta el papel junto al bolígrafo. Con celeridad, su puño se estrella contra mi estómago. Me da varios golpes hasta que ya no puede más, me doblo del dolor y caigo al suelo. Sollozo. Se larga, dejándome muy malherida.

—Seth...

Su nombre sale de mis labios como una plegaria, como una oración que necesita ser escuchada.

Nunca creí que algo así me iba a pasar. Siempre me hice a la idea que eso solo le pasaba a las demás personas y no a mí, que yo nunca sería parte de un secuestro, ni como victimaria, pero la vida da tantas vueltas que ya no sabes de dónde vienen tantas desgracias.

Peleo con todas mis fuerzas, golpeo la puerta, rasguño y me desgarro la garganta en gritos que se convierten en nada detrás de estas cuatro paredes.

Mis uñas están destruidas, mis nudillos rojos en sangre, seca y fresca que se ha pegado a mi piel cubierta de golpes. Intento mantener la calma, ser paciente, sé que saldré de aquí; lo sé. Pero cada día con esas luces blancas, sin saber si es de noche o de día están acabando conmigo. Mi cordura se desvanece poco a poco, se esfuma y no quiero perderla, es lo único que tengo en este momento, lo que mantiene cuerda.

Maldito Infierno +18 (COMPLETO, SIN EDITAR)Where stories live. Discover now