Los restos del agua caliente de la ducha escurrían en forma de gotas por las puntas de mi rubia cabellera, mientras veía mi reflejo en el espejo del baño, empañado por el vapor, con mi palma derecha limpie un poco aquel objeto para así poder contemplarme, los rasgos de mi rostro estaban bien definidos, nariz respingada, mandíbula ligeramente marcada, ya que aún no llega a mi mayoría de edad, los ojos verdes intensificados por la profundidad de mis cejas y pequeños surcos de tonos lilas debajo de mis parpados, sip era un hombre guapo, sonreí de lado tomando una toalla del estante, la coloque en mi cuello para que las molestas puntas mojadas dejaran de rozar mis hombros, pronto tendría que ir a hacerme un corte de cabello, ya estaba demasiado largo. Mi precioso gato de nombre Potya, me esperaba pacientemente acostado sobre la taza del inodoro, abrí la puerta del baño y ambos salimos del lugar justo cuando el timbre sonó, no esperaba a nadie a esta hora, desconcertado avance hasta la puerta, seguido por mi fiel amigo que se cruzó entre mis piernas y me asome por la mirilla... después de distinguir la silueta conocida abrí la puerta
-Beka no te esperaba- sonreí mientras le indicaba entrar con un ademan, ignorando el hecho de que estaba semi desnudo, era mi mejor amigo después de todo, no había nada por lo cual incomodarme
Su mirada viajo de mis pies a la cabeza, escaneándome, el simple gesto me produjo un extraño escalofrió en la espina dorsal que decidí ignorar, mi cuerpo, que aún estaba húmedo por el baño que acababa de tomar, comenzó a calentarse, mantuve mi mirada fija en los ojos achocolatados
-discúlpame debí haberte avisado que vendría pero estaba cerca de aquí y encontré el libro sobre el que charlamos la otra vez, creí que te gustaría leerlo así que decidí que sería buena idea traértelo- soltó el de piel morena con su singular expresión seria, dio un paso hacia dentro justo frente a mi mientras me extendía el libro
-oh ¿la leyenda del héroe y el hada? ¿Lo compraste para mí?- tome el libro con ambas manos, rosando accidentalmente sus dedos, de nuevo el escalofrió me recorrió, algo no andaba bien conmigo hoy -gracias, no debiste- respondí llevando mi mirada al objeto que sostenía entre las manos, de pronto se había vuelto algo muy interesante, sentí el calor llegar a mis mejillas me estaba avergonzando estar ahí sin tener nada de que hablar, maldición seguro ya tenía la cara roja y encima de todo no me había vestido, mi comodidad se había ido al carajo -pasa a la sala por favor- extendí la mano señalando los sofás justo después de cerrar la puerta, -tengo que ir a cambiarme ¿tienes planes? podríamos salir a algún lado si te parece- dije esquivando su intensa mirada, seguro después de ponerme algo de ropa mi estado volvería a la normalidad y podría disfrutar de un tiempo de calidad con mi buen amigo
-no, no los tengo, te esperare y decidimos que hacer- asintió con un esboce de sonrisa
Lo que tome como señal para dar media vuelta con el libro en brazos, sentí sus pasos seguirme de cerca hasta entrar a mi habitación, cerró la puerta tras de él, recargándose en ella sin soltar la perilla, como si temiera que tratara de escapar -¿qué ocurre Beka?- me encontré con su mirada oscura que me desconcertó por completo
Avanzo prácticamente a zancadas hacia mí, llevo una mano a mi rostro posándose en mi mejilla, sus manos calientes eran ásperas pero cálidas, su otra mano se dirigió a mi cintura acercándome a su cuerpo, sin pronunciar palabra se acercó más rompiendo la distancia que nos separaba con una leve mordida en mi labio inferior a lo que no pude evitar dejar escapar un pequeño gemido de sorpresa, acto seguido el bulto de su pantalón roso contra mi cadera sintiéndose duro, como el hombre que era sabía que había una gran erección atrapada ahí, mi cuerpo en respuesta hizo fluir la sangre hacia mi miembro haciendo que rosara contra el suyo a través de la tela, no tenía idea de que estaba pasando o porque, lo único importante es que necesitaba más, en un acto de valor o tremenda impulsividad tome su rostro con ambas manos y lo bese abriéndole paso a mi lengua que comenzó a enroscarse con la suya en una lucha de poder en la que él estaba ganando, sonreí contra sus labios, eso no estaba permitido, el gran tigre ruso no estaba acostumbrado a perder y menos en esta situación, sus manos bajaron a mi trasero alzándome fácilmente, abrí las piernas aferrándome a su cintura haciendo que la toalla, que aun descansaba en mis caderas cayera al suelo... ahora no había nada de mi parte que nos separara, ya no había forma de parar...
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Humedad| Otayuri
Short StoryYuri Plisetsky y Otabek Altin son buenos amigos... hasta que la humedad se hace presente *Oneshot *Otario *lemon/hard *los personajes no me pertenecen