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Eran las doce de la noche y Sonia estaba despierta pensando en esa chica. Ella quería todo lo que Bianca tenía, esa sonrisa y esa pequeña risa que seguramente le estaba dando en ese momento a su novio, su largo cabello rubio, su suave tacto y poder sentir la suave piel que él tenía. ¿Por qué se había obsesionado tanto con ella? Seguramente la razón sea que muy en el fondo ella pensaba que si lograba tener todo lo que Bianca tenía, él se iba fijar en ella y tal vez así amarla de la misma forma en que lo hacía con Bianca.

Pero estamos en el mundo real y esa fantasía vaga que ella tenía era una completa estupidez y Sonia lo sabía, sabía que todo estaba mal pero aun así sentía que debía de una u otra forma creer que era posible, al menos para darse ánimos. Tomó su teléfono de su mesa de noche y buscó la imagen que tenía de ellos en las gradas que le había tomado hace unas semanas—Eres arte Bruno, y el arte debe apreciarse. —Susurró acariciando la pantalla.

¿Cómo fue que de un día para otro toda su vida cambió? Un día era un chica con grandes metas universitarias que había llegado a la ciudad gracias a su padre y al siguiente era una chica universitaria viviendo un amor de secundaria y lo peor es que era uno imposible. Se levantó de su cama sabiendo que no iba a poder dormir y caminó hacia la ventana de su habitación, ¿En dónde viviría ella? ¿Viviría con él tal vez?

—Debo sacarte de mi mente Bruno Marcormig. —Se dijo a sí misma y suspiró.

Antes de que esos dos aparecieran ella podía decir que se sentía en paz, que se sentía tranquila pero ahora, lo único en que pensaba era en ellos dos, en lo que podrían estar haciendo en ese momento y en cómo eso le afectaba. ¿Cuál era su problema? ¿Por qué de tantas personas en esa universidad tuvo que haberse fijado justamente en el chico que ya estaba ocupado?

Caminó hacia su espejo y se miró fijamente, ella no era Bianca, nunca podría serlo. Bianca tenía el pelo largo y rubio mientras que ella lo tenía corto y café, Bianca tenía los ojos claros mientras que ella los tenía marrones, Bianca era bonita mientras que ella nunca se había sentido de esa forma, Bianca tenía a Bruno mientras que ella debía conformarse con verlo de lejos.

Bianca tenía a Bruno. Se lo repetía todos los días, ella sabía cómo hacer que él la mirara de la forma en que Sonia quería, ella tenía el derecho de besarlo cada vez que quisiera, ella lo había enamorado de la forma en que Sonia había aspirado tanto. ¡Y le daba tanta impotencia no poder hacer algo!

— ¡Te deseo Bruno Marcormig! —Gritó en su habitación, se preocupó por un momento que su padre pudiese escucharla pero luego decidió ignorar eso al saber que lo más probable es que estaba dormido, así como ella debería estarlo. Así como Bianca seguro estaba...recostada en el pecho de su amado.

Esa noche no pudo dormir, sólo pensaba en ella y en lo que ha estado haciendo con él, susurrar en su oído lindas palabras mientras estaban debajo de las sábanas, empujándolo hacia ella cada vez que ella lo deseara, besar toda su piel y sentir su textura. Ella deseaba ser Bianca, lo deseaba con muchas ganas.

Esa ChicaWhere stories live. Discover now